1990 EL SANTUARIO, LA CAPILLA Y LA PARROQUIA

EL SANTUARIO, LA CAPILLA Y LA PARROQUIA

Escribir sobre un importante tema de actualidad en junio, para la Revista VILLENA en su número Extraordinario de Fiestas, que aparecerá en Septiembre, resulta arriesgado, porque igual la situación para entonces sigue tal como está ahora, o puede perfectamente haber cambiado, por cuanto están en relación negociadora directa las dos competencias en la cuestión: El Alcalde de Villena, y el Obispo de la Diócesis.

Nos merece tal respeto esta negociación, que creemos que es conveniente no mencionar nada de lo ocurrido dentro del seno de la Asociación de N.ª S.ª de las Virtudes, ni siquiera como resumen, en este casi año y medio de mal entendimiento dentro de ella bajo su Junta Provisional, con inversiones y realizaciones desafortunadas, ni del complemento de error en que, por interpretar indebidamente el mandato que la creó, cayó la Comisión presentando un polémico nuevo reglamento que, aparte de ser formalmente impugnado por un relevante sector de ella, tampoco ha gustado a la autoridad eclesial, que por su misma redacción debe decidir sobre él, y lo tiene en suspenso: el Sr. Obispo.

Somos consecuentes en la opinión que ya expresábamos como sugerencia al Presidente Provisional de la Asociación después de la reunión de ex-presidentes de la misma con el Alcalde de la Ciudad, en nuestro artículo publicado en la Revista Villena de Marzo 1990, al decirle: «El problema ya pasa a la jurisdicción de la Ciudad, y al parecer la Ciudad está dispuesta, según nos pareció entender al Alcalde en la reunión con los ex-presidentes de la Asociación, a afrontar el tema por decisión unánime del Concejo. De su actuación debe salir la solución. Que negocien los dos estamentos, y ambos tienen la jerarquía precisa para negociar y para llegar al acuerdo clarificador».

El Alcalde le manifestó que, por lo que se tenía entendido, nadie intentaba que desapareciera la Parroquia ubicada en la Capilla del Santuario, simplemente que, para evitar disgustos, que por mal entendimiento ya se producen, era necesario contractuar su situación. Extrañamente no se hizo entonces, actuando el Obispo anterior por su sola cuenta, sin contar con el propietario del Santuario, la Ciudad de Villena, con su Patronato sobre él, y la actuación en su nombre, como siempre lo hizo en los más de 500 años que lo mantiene, el Pleno del Concejo de la Ciudad.

Lo que, por lo que fuera, no se hizo entonces, se debería hacer ahora, para que todo quede claro, los derechos que correspondan a ambas partes garantizados, y así, con concreta y diáfana claridad contractual, ocupe, sin confusión ni daño para nadie, ambas partes con la mayor concordia y respeto a cada una de ellas, la hospitalidad que en su Capilla otorga la Ciudad a la nueva Parroquia.

En ello se está desde la entrevista del pasado Mayo. Aunque con la lentitud que para resolver asunto que para unos aparece tan simple, por otros calificado de más difícil por haberse complicado lamentablemente, hay que confiar en la solución que un Obispo nuevo debe dar sobre un asunto que no ha suscitado él, sobre el que ya está él dialogando con quien corresponde en la otra parte, el Alcalde de la Ciudad ejecutor de los acuerdos del Pleno Municipal que es el competente en todo lo relacionado con el Santuario de la Venerada Patrona de Villena.

En esta confianza redactamos este comentario, dentro de la referencia que, por lo escrito sobre ello en números anteriores de esta Revista, parece obligado hacer sobre los sucesos que han venido, de unos cuatro años a esta parte, a alterar la armonía que siempre fue existente en la Asociación.

Violentada ésta indebidamente por causa de este tema que, por falta de carencia contractual en su momento, si en tal momento se hubiera conocido y ante ello debatido por quien correspondía, ha motivado sorprendentes maniobras por diferencias de interpretación, hasta llegar a traspasar las actuaciones los límites prudenciales, hay que esperar que con la nueva Junta, por su circunstancia y atenta a la situación, con ella se serene y torne a la armonía que antes siempre hubo en ella, fiel a su ejecutoria fundacional.

Dejamos reflejada en estas páginas, siempre guardadoras de los sucesos importantes ocurridos durante el año, la situación de hoy que, por cuanto queda dicho, parece está ya colocada en su vía normal de arreglo y que, en la esperanza que éste se logre, en el futuro la lectura de él por estos anales se conozca como que fue incidente inteligentemente superado y con feliz concordia para ambas partes, como perfectamente es posible y corresponde.

Pedro Hernández Hurtado 

Ex-Presidente y Ex-Cronista Oficial de la Asociación de N.ª S.ª de las Virtudes

Extraído de la Revista Villena de 1990