Pequeña biografía publicada en el tomo I del libro de 1975, 101 Hijos Ilustres del Reino Valenciano, de la que es autor Vicente Añón Marco y en el que aparece Ruperto Chapí.
EL INSIGNE autor de la chulapona música de «La Revoltosa», Ruperto Chapí y Lorente, nació en Villena —Alicante—, el día 27 de marzo de 1851.
Hijo de modesta familia, pronto se despertó en él la afición musical y, tras los rudimentarios estudios de solfeo, ingresa en la banda de música, Musical Nueva, de su ciudad que dirigió a los 15 años, cuando ya había compuesto la fantasía «Las estrellas del bosque».
Viendo su vocación y su interés por este arte, lo mandan en 1867 a Madrid con unos parientes para que estudie en el Conservatorio; hace su ingreso y estudia piano y armonía. Es tal su aplicación que ya en 1869 obtiene el primer premio de piano. Continuando sus estudios aprende composición con el maestro Arrieta. El maestro le toma afecto y decide alentarle y protegerle, estableciéndose entre ambos una comunión de ideales que no cedería en muchos años. Llegado a edad militar, ingresa en filas, es nombrado músico mayor y escribe su «Fantasía morisca». En 1874 se presenta a opositar a la beca de la Academia Española de Bellas Artes, de Roma, obtiene la pensión, compone una polca para concierto, un motete polifónico y dos óperas, «La hija de Jefte» y «Las naves de Cortés», que se estrenarían en el Teatro Real en 1875. Aprovechando la pensión visita París y Viena; da a conocer en España sus poemas «Escenas de Capa y Espada» y «Sinfonía a cuatro tiempos» y vuelve a sus estudios. En Milán había escrito «La muerte de Garcilaso», y más tarde «Roger de Flor» que estrena en 1878 y escribe infinidad de melodías y salmos. Vuelve a Madrid y en 1881 estrena «Música clásica», tiene éxito y se dispone a terminar su zarzuela grande «La Tempestad» —se estrenaría en marzo de 1882— y «El milagro de la Virgen». Obtiene otro señalado éxito con «La Bruja», en 1887, y se inician en esta época su serie de conflictos con los editores; le rehúyen los libretistas y le retiran «La Verbena de la Paloma», pero él escribe y triunfa. En 1891 estrena «El Rey que rabió». Junto con Arrieta, Caballero y otros forma empresa en el Eslava y estrena en 1894 «El tambor de granaderos», y en 1896, «La Bruja», otros éxitos. Le dan una buena letra, se encariña y sale «La Revoltosa» —1897—, luego «La Chavala» y «Pepe Gallardo». Entramos en el siglo XX y sus ansias de defender a la clase se cristalizan al fundar con Sinesio Delgado la Sociedad de Autores, a cuyo fin entrega todo su archivo. Continúan sus éxitos con «El Barquillero», «El puñao de rosas», «El género chico», «Ninón», «Amor en solfa» de los Hermanos Quintero-en colaboración con el Maestro Serrano, y culmina con el estreno, en 24 de febrero de 1909, de «Mariquita la Tornera». Zarzuela grande que estrena la Gabatto con éxito de apoteosis. Éxito que constituye el triunfo más resonante de la vida teatral de Chapí. Se le concede la Cruz de Alfonso XII; se le imponen en un grandioso homenaje en el Teatro Real, el 18 de marzo de ese año, y con el corazón agotado por la taquicardia, fallece repentinamente el 25 de marzo de 1909.
Su dinamismo y esfuerzo constante le agotaron pronto la vida. Su producción teatral puédese calcular en unos doscientos cincuenta actos, amén del sinnúmero de partituras de música instrumental y de cámara, cuartetos y motetes compuestos en su vida. «Imposible parece pueda con-servarse la lozanía musical, como lo ha conseguido de manera fehaciente el inmortal Chapí al curso de tantas y tantas composiciones».
En el acto del entierro, la orquesta del Teatro Eslava, dirigida por el Mtro. Lleo, interpretó su
«Fantasía morisca» que escribió estando en París y estrenó en 1889, mientras de los balcones madrileños le arrojaban flores.
Muchos pueblos y ciudades de España han dedicado calles en su honor.
Cedido por… José Sánchez Ferrándiz
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