Estimados vecinos y vecinas. Estimados cuantos estos días nos visitan o tienen intención de hacerlo en breves días. Estimados cuantos tienen la oportunidad de leer esta publicación, un vehículo de comunicación importante tanto por sus contenidos, como por la variedad de los participantes en su redacción y por las fechas que la enmarcan.
El año 1992 viene caracterizado por la celebración de grandes acontecimientos en nuestro país. Al margen de cualquier valoración sobre ellos, nos enfrentamos a retos de importancia que culminan ahora y cuyos resultados recogeremos a su conclusión. Nuestras Fiestas también marcan un hito en este ejercicio, que, aunque no limitan la investigación sobre el origen de las Fiestas de Moros y Cristianos, si nos dan una idea sobre las raíces que soportan todo el edificio festero. Dos comparsas celebran un aniversario muy importante, los ciento cincuenta años desde su fundación, cada una precursora de los bandos moro y cristiano en que hoy se reparte la Fiesta. Ambas, Moros Viejos y Cristianos, tienen motivos para conmemorar con un amplio programa de actividades este feliz acontecimiento, rememorando, sobre todo, a aquéllos que hicieron posible que hoy permanezca cada comparsa con su primigenio nombre en la actualidad.
Esta efeméride puede servirnos para mantener viva la llama de la Fiesta, ahondando en sus tradiciones, pero siendo flexibles cuando las exigencias de los tiempos nuevos así nos lo demanden. El Ayuntamiento, como representante de los intereses generales de la población, y, a través suyo, la Junta Central de Fiestas, somos los encargados de velar para que ambas, tradición y flexibilidad, se cumplan.
Al margen de esto, una nueva edición de nuestras fiestas patronales se avecina. Pronto engalanaremos nuestras casas, nuestras calles, y emprenderemos el camino que nos lleva siempre al mismo sitio, la Losilla, aquel que nuestros antepasados eligieron para que partiera el primer desfile, y por ello el más esperado y deseado, La Entrada, mientras otra parte de nuestro pueblo nos trae, arropándola, a la Patrona de la ciudad, la Virgen de las Virtudes, la Morenica, puntual a su cita para disfrutar las fiestas en su honor con todos.
En esta cita quedamos, pues. Pasemos estos días lo mejor que podamos, olvidando las posibles aflicciones que nos acecharon a lo largo de estos últimos 360 días. Como siempre, desde estas páginas os deseo unas muy felices Fiestas Patronales y que ¡día 4 que fuera!
Vuestro Alcalde,
Queridos villenenses:
Un año más, 1992, año significativo para España, año de aniversarios, año de Olimpiadas, año de Exposición Mundial, pero para Villena todos los septiembres de todos los años son igual de importantes que este.
Todo el año se espera un mes, septiembre, todo el año, por un lado festeros preparando trajes y músicas, por otro, gentes no menos festeras preparando todo lo que gira en torno al centro de nuestras fiestas, todo lo relacionado con nuestra queridísima Patrona, nuestra Virgen Morena María de las Virtudes, y unos y otros con un mismo fin, la Fiesta.
Sirvan estas líneas para saludar a todos los que nos visitan, sabiendo que nuestras gentes hacen gala de gran hospitalidad y fraternidad para todo el que se acerca a Villena en fiestas.
Felices fiestas de 1992 a todos los villenenses y que La Morenica guíe nuestros pasos en todos los actos de fiestas.
¡VIVA LA MOREN ICA!
José F. García
Presidente Junta de la Virgen
Parece que fue ayer y al mismo tiempo toda una vida, en realidad han pasado cerca de tres años, desde que fui elegido presidente de la Junta Central de Fiestas y asumí, junto con los miembros de mi Junta de Gobierno, la responsabilidad de dirigir la organización de las Fiestas de Moros y Cristianos de nuestra ciudad.
Hay un período más o menos largo en la existencia de cada persona, en el que las ilusiones colman el porcentaje de felicidad al que cada uno tiene derecho.
Lo que parece que nunca va a llegar, al final siempre llega, lo que un día parecía muy lejano, lo tenemos encima. Diciembre de 1992 es la clave, es la hora del relevo.
Como siempre ocurre, los amigos, gran parte de festeros, las personas que de una forma u otra nos quieren y confían en sus directivos, presionan, hay que continuar —dicen—, lo estáis haciendo bien, tres años es poco tiempo, etc., pero lo cierto es que el compromiso fue para esos tres años y éstos están prácticamente cubiertos.
Nuevas personas, nuevos proyectos y nuevas ideas deben de hacer su aparición. Festeros capaces de desarrollar la labor los hay y bastantes, sólo hace falta que se planteen la necesidad de asumir responsabilidades que al fin y al cabo deben de ser de todos.
Solamente me queda que agradecer la ocasión que me brinda la revista «Villena» para dar las gracias al M.I. Ayuntamiento, y a todo el pueblo en general que a través de estos tres años de gestión al frente de la Fiesta me ayudaron y comprendieron.
Que nuestra Virgen Morenica nos dé salud y felicidad y pasemos todos unas felices fiestas.
Un saludo y hasta siempre.
Miguel Ortuño Ortuño
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