13 sept 2023

1992 LA TERCERA EDAD: UNA MIRADA RETROSPECTIVA

LA TERCERA EDAD: UNA MIRADA RETROSPECTIVA
Por FRANCISCO AZORIN. Presidente del Hogar del Pensionista.
Al comenzar a escribir buscando tema apropiado Inherente a la Edad, me sugiere la idea de posar una mirada retrospectiva sobre cómo se deslizaba la vida de los ancianos, hace unos cuantos lustros, en su diario discurrir entre sus conciudadanos.
Dejando aparte lo concerniente a la situación económica de cada persona, cuando alcanzaba la edad de jubilarse, bastantes eran os que se veían obligados a seguir trabajando hasta su muerte, a pesar de sus deficiencias físicas propias de a edad, por carecer de medios de vida propios. El panorama mayoritario que ofrecían era altamente ceso actor y angustioso, porque se les veía vegetando a diario por calles y lugares determinados, donde, en grupitos más o menos numerosos, hacían charlas interminables entre cigarro y cigarros para matar el tiempo, en las que sobresalían más penas que alegrías, entre una que otra «batallita» de sus años jóvenes.
Vengo, con esta disquisición a constatar, lo que en el decurso de mí ya dilatada existencia he conocido y comparo con la que actualmente realizamos los de sesenta años para arriba, y antes, otros que gozaron del avance social tras la creación de hogares y clubs para jubilados, asociando a esto la colaboración y esfuerzo desinteresado de aquellos pensionistas y jubilados pioneros hasta lograrlo, juntamente con la política social del Estado.
Ni que decir tiene el tema, que falta mucho camino por recorrer, contando que hay algunas y deficiencias aún muy importantes y apremiantes esperando solución, pero, aun sin ser conformistas, hay que reconocer que el nivel de vida actual enterró aquella miseria denigrante que sufrieron muchas generaciones, presentes aún en nuestra memoria.
A la vista de todos está la «liberación» y cambios radicales en la conducta de los jubilados en cuanto se refiere a su vivir cotidiano y el entorno que se procura para huir de todo aquello que padecieron sus padres y abuelos, Por ello han prestado su calor desde el principio a las asociaciones donde se integran con sus Juntas de Gobierno, directivas o promovidas y mantenidas en parte por ayuntamientos celosos por el bienestar de sus «mayores».
Villena no podía quedarse al margen en este acontecer y tras un período de tiempo en el que no faltaron optimismos y desilusiones, llegamos hace una década ya bien cumplida, a conseguir la formación de un club que ha ido agrupando socios hasta rondar los CINCO mil que actualmente tenemos. Como era insuficiente a todas luces el nuevo local de las Escuelas Nuevas, al que nos trasladamos va para dos años, después de gestiones con las máximas autoridades de la Consellería y Ayuntamiento local, en enero del año en curso, se reabrió el club primitivo con los mismos servicios que el Hogar, con lo que la aglomeración ha desaparecido al repartirse los socios según su domicilio. Funcionan independientemente uno del otro, contando cada uno con su Junta de Gobierno y Directiva, respectivamente, haciendo constar que las relaciones mutuas son inmejorables. No hace falta ponderaras actividades que ambos realizan a lo largo del año, tanto culturales como recreativas, con una atención especial a los viajes, en los que la convivencia entre los jubilados cada día se parece más a una gran familia.
Pido a las generaciones nuevas que se van incorporando al Hogar y Club, apoden su valiosa cooperación, ya que con los años se hace imprescindible un relevo periódico, para seguir esta labor altruista que otros nos legaron.
¡FELICES FIESTAS SEPTEMBRINAS! 

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