1966 UN BALLESTERO EJEMPLAR

UN BALLESTERO EJEMPLAR 

Por… José Sánchez Ferrándiz

Apadis medalla de Oro de la Ciudad en 2022

El administrador del centro, un tal José Collado Gil, firmaba la carta recibida en el ayuntamiento villenense. En ella y sin que nadie le hubiera pedido previamente cuentas ni explicaciones, exponía los motivos por los que, a su juicio, Bernardo y Virtudes, padres del niño que había estado internado durante dos semanas en aquel establecimiento de Educación Especial ubicado en la localidad valenciana de Rocafort, habían decidido regresar con él hasta Villena, no ocultando el firmante de aquella misiva su preocupación por la posible publicidad negativa que este hecho pudiera acarrear a la imagen de la institución a la que representaba.

Los progenitores del niño, que contaba en aquellos momentos con 10 años (había nacido el 12 de diciembre de 1955), no habían contactado con las autoridades locales de Villena para exponer las razones y quejas que en su caso tuvieran contra el centro, por lo que el alcalde de esta última ciudad, Pascasio Arenas López, sin duda sorprendido por el contenido de la carta y movido por la curiosidad, quiso indagar y conocer la versión de aquellos, citándolos a tal fin en dependencias municipales para el siguiente 14 de noviembre. 

Lo relatado por el padre de Pascual ante la primera autoridad local, quedó reflejado en el pertinente informe que fue redactado al efecto:

“Villena, 14 noviembre 1966.

Se presentó a las 6 de la tarde por haber sido citado por el Sr. Alcalde, en estas oficinas don Bernardo Ayelo García, con domicilio en 2ª Manzana número 132, que trabaja en la fábrica de D. Manuel Reig Segovia, en donde siempre, dice, estará a disposición de venir cuando S.Sª, lo estime oportuno.

En relación con el objeto de la presente carta, manifiesta: que cuando su hijo llevaba 15 días en el Colegio, un domingo fue con su esposa y una vecina a visitarlo a dicho colegio y que cuando avisaron al hijo y al verlo venir, tanto a su esposa como a él se les vino el mundo abajo, puesto que venía con los pantalones colgando, cogidos con la mano y la ropa de ordinario, teniendo como tenía allí su traje de domingo que llevaron cuando lo internaron; la madre se puso muy desconsolada al verlo con los mocos colgando por la boca, bastante constipado, la cara manchada de comida seca sin lavar, y echó la madre mano al bolsillo del hijo para sacar un pañuelo para limpiarlo y no llevaba ninguno y eso que al ingresar le dejaron 7 pañuelos y consideraron que la cara, las manos y las piernas no se las habían lavado en todos los 15 días que allí llevaba; que el niño era atendido por una señorita que tenía a su cuidado 7 niños pero que tenía que atender a 16, como dicha señorita les dijo y no tenía tiempo; se vinieron a Villena muy desconsolados; su esposa se metió en la cama enferma del disgusto de cómo lo vio incluso más decaída de cuando lo tenían aquí, y el padre también desconsolado pero más por temor de que su esposa no fuera a peor, el siguiente día decidió traérselo. El padre también sufrió un gran desconsuelo, ya que es su único hijo, y que si él hubiera visto otras atenciones quizás lo hubiera dejado allí, pero fue tal el desconsuelo que sintieron que optaron por traérselo, como indica. Que allí le dieron muchos consejos de que el niño se quedara o lo llevaran a otro colegio, pero él por lo que antecedentemente dice, prefiere a todo eso, tener a su hijo en casa para bien de su mujer y de él; que él no tiene nada que comentar por la calle de todo esto, pero claro si la familia le ha preguntado por qué se ha traído al niño no tiene más remedio que decir estos motivos de desconsuelo puesto que quiere ver siempre a su hijo debidamente atendido, limpio y bien vestido”.

PASCASIO ARENAS LÓPEZ, ALCALDE DE VILLENA ENTRE EL 11 DE OCTUBRE DE 1966 AL 21 DE OCTUBRE DE 1973

La ausencia en Villena de centros especializados dedicados a la atención y desarrollo cognitivo de personas con necesidades especiales y que había llevado a que los padres de Pascual le buscasen un establecimiento apropiado, aún a costa de que fuese lejos de casa, motivó que unos años después a estos hechos, un concienciado y tenaz grupo de personas, entre ellas Vicente Prats Esquembre, constituyera en 1970, Apadis, entidad con una acreditada y dilatada trayectoria profesional a sus espaldas, que a lo largo de más de medio siglo de existencia ha venido desarrollando una impagable labor asistencial y educativa en pro de las cientos de personas que en algún momento de sus vidas han pasado por sus instalaciones. Como uno de los primeros usuarios de aquel centro figurará Pascual Ayelo Espinosa, el niño de la carta, entre cuyas pasiones se contarán las Fiestas de Moros y Cristianos de su localidad natal, en las que participará de forma activa y entusiasta como integrante de la Comparsa de Ballesteros, entidad a la que ha pertenecido desde sus inicios y en la que sería distinguido, en el año 2016, con el título de Ballestero Ejemplar.

PASCUAL AYELO ESPINOSA 

DURANTE EL DISFILE DE LA OFRENDA DEL AÑO 2022