Estamos aquí reunidos en el mismo lugar donde muchos años atrás se reunía el concejo de la ciudad, al pie de la torre de la Villa o de las cigüeñas, y mas tarde del reloj o del Orejón, y los que eran llamados al toque de sus campanas hoy situadas en la Iglesia de Santa María.
Aquí también acudieron los villeneros de aquella época para impedir su derribo, tal y como nos cuanta Aquilino Juan Ocaña en su Zarzuela El Orejón. El propósito de estar hoy aquí es simple y llanamente llamar la atención y remover conciencias para su recuperación tras años de promesas incumplidas, pero el tiempo pasa y ni tan siquiera un proyecto y muchos menos un ladrillo, solo este monolito que tenemos aquí presente.
Por ello nos unimos a las voces como la de Vicente Prat, gran luchador en pro de esa causa, Faustino Alonso Gotor, Gaspar Archent, Romualdo Moreno, Frances Llops presidente del gremio de campaneros de la Catedral de Valencia o Pedro Marco entre otros, y que junto a los vecinos del Rabal y de San Antón y a la mayoría de los pregoneros de las fiestas del Medievo que lo han reivindicado en sus textos.
Porque no es solo una torre, es todo un símbolo cargado de acontecimientos y como tal, memoria histórica de nuestra ciudad, es por ello que nos reuniremos todos los jueves que hagan falta y ojalá que en la cercana celebración del V centenario de la ciudad no solo sea un recuerdo.
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