Al castillo de mi Villena
Ecos desde tu ventana
¡Oh!, soñadora ventana
hoy te ofrezco con pasión
—al filo de la mañana—
esta dulce inspiración.
Tú como linda sultana
oteas con gran galanura...,
y al son de marcha otomana,
esparces dicha y ternura.
Permaneces siempre abierta
y escuchas con atención...,
rumores bajo tu puerta.
Idilios..., del corazón.
La desdichada pelea
que acaba violentamente...,
alguien que canturrea...,
por exceso de aguardiente.
Oyes frágiles pisadas
de algún lento transnochante,
o las voces angustiadas
de algún alegre viandante.
Vagas promesas de amor
de oculta pareja amante,
y de besos un rumor...,
Percibes un vago chirrido
de alguna pareja herrumbrosa,
a lo lejos un ladrido...
¡Qué noche más azarosa...!
¡Oh!, fantástica ventana
de ruidos escrutadora
espérame a la mañana
mi bendita narradora.
De las horas transcurridas
qué de noticias curiosas...,
quiero asomarme a otras vidas
a otras vidas misteriosas.
Penetrar en los arcanos
desde tu mágica altura
y decirle a los humanos...,
que ¡VIVIR ES HERMOSURA!
Espérame bella Hurí
soñaré con ilusión,
cuando esté cerca de ti...
vibrará mi corazón.
Serás siempre Soberana,
inquietante, escrutadora,
recibe en esta mañana
—al romper la nueva AURORA...—
los ecos de mi ventana.
José Urrea Domene
Extraído de la Revista Villena de 1994
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