El Poeta Pastor y su Oda a la Virgen de las Virtudes
Ha sido siempre la Virgen de las Virtudes fuente y motivo de inspiración de los poetas villenenses, que le han dedicado sus mejores composiciones. Muchos conocemos las bellas y floridas odas del canónigo don Gaspar Archent — buen número de ellas premiadas en certámenes y justas literarias— , que expresaba su amor a la Señora en apasionadas y encendidas estrofas; y las páginas de esta revista se engalanan y adornan anualmente con los elegantes y delicados versos del presbítero don Jerónimo Hernández y con los emotivos y fervorosos de las poetisas Elena Montial y Estefanía Menor, entre otros muchos escritores que no citamos porque su relación sería muy extensa. Tal vez fuera interesante, —y es idea cuyo estudio y realización en su caso sometemos a la consideración de nuestro buen amigo don Alfonso Esquembre, entusiasta y celoso presidente de la Junta de la Virgen—, la selección y recopilación de la obra poética en honor de nuestra Patrona y su publicación como florilegio, para conocimiento y recreo de los devotos de Aquélla y para enriquecer y completar su bibliografía.
Pero también han cantado a la Morenica escritores y poetas no nacidos ni residentes en Villena. De entre ellos deseamos referirnos concretamente al vate de Benejama don Juan Bta. Pastor Aycart, usualmente denominado «El poeta Pastor», una de cuyas composiciones, escrita en valenciano, titulada «A NOSTRA SENYORA DE LES VIRTUTS-Patrona de la Ciudad de Villena», fue premiada en el certamen celebrado por la Sociedad Lo Rat Penat, de Valencia, el 30 de julio de 1903, con un objeto de arte, regalo de doña Rafaela Selva Mergelina, de familia tan enraizada en nuestra población, que había sido Reina de los Juegos Florales en el año 1901.
La personalidad del autor de esta poesía, el Iltmo. Sr. Don Juan Bta. Pastor Aycart, Bachiller en Arte. Licenciado en Medicina y Cirugía y Caballero de la Orden de Isabel la Católica, honra a su pueblo natal, Benejama —esa hermosa y laboriosa villa de nuestra comarca y partido judicial, patria chica también de figura tan insigne como el eminentísimo Cardenal Payá y de muchos otros hijos ilustres, entre los que destacamos al Maestro Parra, que fue subdirector de Alabarderos, y al libretista José M.ª Milán, y merece ser conocida por los lectores de esta revista. Nacido en el año 1849 y graduado de Bachiller en Artes en 1868, obtuvo ese mismo año, a los diecinueve años de edad, su primer triunfo literario, al serle premiado con un ramo de olivo de plata su romance lemosín titulado «La joia de Valencia», en certamen convocado por la Academia Bibliográfica Mariana de Lérida. Licenciado en Medicina en 1873, y nombrado al siguiente año, Médico titular de su pueblo natal, ejerció este cargo hasta su fallecimiento en diciembre de 1917, plenamente dedicado al servicio de los enfermos, y realizando una meritoria obra bienhechora, que ha sido luego continuada con igual celo y competencia por su hijo don Juan Bta. Pastor Valdés, también médico y benejamense ilustre.
El ejercicio de la Medicina no impidió al poeta Pastor satisfacer su segunda gran vocación, la Literatura, realizando una ingente labor. Concurrió durante los años 1868 al 1917 a multitud de certámenes y concursos, en los que logró nada menos que SESENTA Y CUATRO premios y CUARENTA Y CINCO accésit, destacando de entre aquéllos la Rosa de Oro lograda en La Coruña en 1877 con su oda en castellano «Al Trabajo»; una preciosa cruz de piedra ónice, con incrustaciones de esmalte, regalo de la Infanta doña Isabel de Borbón, popularmente llamada «La Chata», por su oda «A la Eucaristía», obtenida en el certamen celebrado en Lugo en 1869, con ocasión del Congreso Eucarístico, en cuyas justas literarias copó los dos primeros premios, debiendo señalarse que formaba parte del jurado calificador don Gaspar Núñez de Arce; y la Flor Natural, conquistada en Valencia en certamen organizado por Lo Rat Penat en el año 1895, por su poesía titulada «L'arpa llemosina», siendo reina de la Fiesta doña Desamparados Soler y mantenedor figura tan relevante como don Ramón Nocedal; y mereciendo significarse, de entre los accésit, el alcanzado en el certamen celebrado en Sevilla el año 1904, con su oda «A la Inmaculada», que le valió un regalo ofrecido por S. M. el Rey don Alfonso XIII, consistente en una escribanía de jaspe y bronce. Es también autor de la obra en prosa «La novela moderna = Cartas críticas a don Juan Barcia Caballero», —que incluye treinta y una carta más otra carta-epílogo, sobre el tema del naturalismo en la literatura, y fue editada por don Francisco Compañy, en el año 1886— y de otros ensayos y monografías históricas y cuadros dramáticos, muchos de ellos premiados, siendo el más popular el titulado «Embajadas de Moros y Cristianos», representado todavía muy solemnemente en las tradicionales fiestas de Benejama. Y realizó, en fin, campañas en defensa de la moral cristiana y de la patria, por las que mereció ser distinguido con una Bendición especial de S. S. el Papa León XIII, y con el título de Caballero de la Orden de Isabel la Católica que le concedió S. M. el Rey don Alfonso XII. Se le llamó el poeta de las odas, por haber escrito más de veinte, casi todas premiadas.
La dedicada a Nuestra Señora de las Virtudes, que hace el número 51 de sus poesías premiadas, es una bellísima y muy inspirada composición, llena de lirismo, que patentiza el acendrado cariño y fervor que su autor sentía por la Morenica, y el respeto y afecto que tenía por nuestra ciudad. Nos permitimos transcribirla íntegramente, en valenciano, como se escribió, creyendo podrá ser por nuestros lectores fácilmente entendida y apreciada:
« Verge de les Virtuts, Reina beneïda
del sant imperi del amor; Senyora
de gracies sense mida,
més qu'en pedes el ceptre de ¡'aurora
i en dures penes i en dolors la vida!
Puis Tu saps qu'el meu cor ab fe sencera
glatix sens descans per adorarte,
i qu'en ma veu derrera
ton nom he de posar pera guanyarte
quan aplegue al fi' de ma carrera;
puis saps que te sempre la frescura
de la mel p'els meus llavis, y la dolça
tendror del gessamí, i formosura
ab qu'al naixer l'aubada se recolza
del cim del cel en l'estelada amplura,
i saps qu'ets llum sagrada
p'el meu enginy, y per ma pobra ¡lira
la nota mes preuada
qu'el sentiment inspira
quan n'es p'el teu amor ben perfumada,
ab ardent raig llumena,
oh celestial Patrona de Villena!,
de ma enfosquida pensa la negrura,
y ab ma veu com la qu'amplena
de notes els jardins, a ta formosura
la seua endrese ma cantó serena.
La cantó d'un fillet qu'al Cel l'envía
p'el camí del amor! Ab la graçiosa
parla d'En Jaume qu'en la fe nodría
la força victoriosa
de sa pietat mariana y fervorosa;
ab la nostra, Senyora, que destrena
son mantell tot brodat de rosses fines
i en el seus rims alena
llum i vent de les platjes llevantines,
s'enlayra al Cel, hont rebullint en gales
adora? cor d'els serafins la santa
i jumil bellessa, i hont plegant les ales
al ¡lindar sant de les eternes sales
l'au d'els amors tes maravelles canta;
la cançó d'un fillet, Mare i Senyora,
tan tendra com aquella
q'aixeca quant t'exalta encisadora
Villena en ta Capella;
la que te delitosa de l'aubada
els rims del rosinyol, i les cadencies,
i el soroll de la mar endormiscada,
i del pom de la rosa esbadallada
els dolcissims perfums i les essencies.
Cançó del cor i de la fe, Senyora;
del cor sencer i de la fe sens mida
d'aqueix poble lleyal que t'enamora
per qu'es teu ab la pensa i ab la vida,
quan per guanyar ta protecció t'honora;
cançó que prega l'orfanet i deixa
sa pregaria el malalt, i l'amargura
de la tristor sa quiexa,
i tot hom al afany de sa ventura;
cançó tot temps forjada
per l'aucell en son niu, per l'armonía
de la escumosa onada,
p'el vent al vindre'l día
i al desfer-se'n les ombres la vesprada;
cantó de remors plena
com el rim de glapits de ta filiada,
con la veu de pregaries de Villena,
a tos peus, per cantarte, agenollada.
Un jorn de dol en qu'ab sa fera dalla
la mort l'agullonava i la feria,
i els llors marsits de la crudel batalla a lo seu front cenyía,
de s'angunia ab lo crit la santa ajuda
te demaná plorosa
i per la fé de sa pietat moguda
baixares amorosa,
i del Cel en la fosca aparegueres
com la llum que del Sol es misatjera,
y son boyram desferes
aventat ben lluny d'ell la polseguera,
i com nou arch de Sant Martí, anunciares
l'amor que tot hu ascanssa
i en jorn de pau tornares
la nit d'els dolors sens esperança.
Be t'aclamá Patrona
i ab lo dictat de «Les Virtuts» festeja
de ta santa pietat l'amor encare!
Be sap que ta corona
n'es perla qu'espurneja
molt mes qu'el Sol ton sentiment de Mare!
Per que Mare te diu quan resa i plora,
i sembla que serenes
ab ton mitj-riure ses gegantes penes,
i que vedar tot hora
se plau ta protecció per la nivada
d'els fillets qu'a tot peus son nit i día
els fillets del teu cor, qu'en la rivada
beuen d'els teus amors tota alegría!
Quant temps, oh Verge, en Ilegendaria festa,
fa Villena recort, Ilegint ta historia,
de l'infernada pesta
qu'esbarri's ton poder mostrant ta gloria!
Quant de temps, oh Villena! fas memoria,
ton passat esmentant de fills a pares,
del jorn en qu'oferida
fon tan Imatje a ta fe per el dos frares,
qu'ab caritat sens mida
i ab fervor te van dir que l'adorares!
i quants jorns passarán, oh ciutat beyla,
en qu'a sos peus i en sa payral capella
derramarás sagrada
de la santa pietat, que mai es vella,
l'essencia perfumada!
Perque Ella es el teu Sol. Ni sa llum pura
s'aponenta un instant, ni mai oblides
que es bálsem tot dokura
el que t'el seu amor per tes ferides,
el que te sa pietat per t 'amargura
Saps qu'escolta el teu prec, y qu'ab divina
pietat t'acull quant a sos peus aplegues,
i el motiu perque plores endevina
quant ab l'angoixa del dolor li pregues;
i a sos peus t'agenolles quant la pena
torba la pau que ton esprit serena,
i después quant t'ascolta y aconhorta;
ta esperansa morta
reviu gojosa, de caricies plena.
Perque ton cor s'inflame
ab la brasa del seu, de sa grandessa
fa qu'el torrent derrame
les ones en ton pit de la ouressa,
i els erms torna del ánima en florides
planes de roses i clavells rubiertes,
quant a seure en la teua la convides,
tastant del Cel les bensurances certes.
Saps tu qu'es Ella ton conhort, i en Ella
troves le pau. Del ramadet que guía
n'est tu, oh Villena, la millor ovella
qu'Ella del mon per los serrats pastura,
enbriacant'en la font de l'alegría,
ni verinosa mai, ni mai impura.
Es ton consol, si plores, i en la palma
qu'en tes mans posa la inmortal victoria;
i es en el jorn de tes tronades calma, i
en els de pau i d'esperarçes gloria.
Ella es sempre ta platja quant la onada
del dupte t'espentola
com vaixell qu'en la roca se fa astelles,
i la que torna de la mar irada
la ronca veu, ab que rugint marmola,
en suavissim rumor d'aixam d'abelles.
Tu ets, oh Verge, la mística Morena
d'ulls d'aubada de Maig, de veu sonora,
sempre de rims mes plena
qu'el ventijol del mar quan naix l'aurora,
i ets ¡'aurora de pau per a Villena;
Tú l'estel del matí qu'ens acompanya
per les sendes del mon, la fon serena
hont l'esperit se banya
ventant del cor ab lo pecat la pena;
l'alosa que matina
per tastar de la llum lo bes purissim
quan sa randa de porpre'l Sol desbrina
en raigs tots d'or, com son esguart clarissim;
la flor mes enmelada
d'els horts del Paradís, garrida rosa
ni per el Sol marsida ni tacada
pel veri de la terra superbiosa;
l'eterna tresorera
de totes les virtuts, la Mare santa
que te p'el fill qu'espera
consol si plora, inspiraçió si canta,
fe si dupla, i amor si persevera.
Verge de les Virtuts, Patrona i Mare
de Villena, ciutat de bey-la historia
qu'al front cenyix encare
ab paumes de fervor llorers de gloria,
no la oblides ni un jorn. Ta ma beneïda
endreçe al Cel sa vida
p'els camins de la fe, brodats de roses;
lleugera al muscle sa pietat sens mida
porte la Creu, qu'a ses espat-les poses;
que li sapia ben dolça la amargura
de les penes del mon, que Tu ensucrares
per qu'als llavis d'els fills fora dokura,
puis als plors d'els teus ulls les enmelares;
i quan al port aplegue
lo seu vaixell, i de la platja aimia
en l'arrasés sosegue
com l'aucell en son niu quan mor el día,
romputs per sempre'ls llaçós
qu'al mon la nuguen, de ta llum serena
el llampec la enlluerne, y en los teus braços
goig-e la pau d'el teu amor, Villena.
El 20 de diciembre de 1912, ocho días después de la muerte del poeta Pastor, el Ayuntamiento de Benejama le dedicó la calle Mayor de la Villa; en el año 1943 colocó solemnemente su retrato en el salón de sesiones de la Casa Consistorial; y en 1949 conmemoró el primer centenario del nacimiento de aquél colocando una artística placa de mármol en la fachada de su casa natal, en la que vivió siempre. Casa que es hoy conservada cariñosamente por don Juan Bta. Pastor Valdés casi en igual forma en que se hallaba en vida de su padre; respetando, como homenaje a su memoria, el mobiliario y enseres de las habitaciones que aquél usaba, y las vitrinas que encierran los valiosos premios que consiguió; constituyendo un pequeño y recoleto museo, lleno de encanto y sabor, digno de ser visitado y conocido por quienes todavía gusten de los valores del espíritu.
ALFONSO ARENAS GARCIA
Extraído de la Revista Villena de 1976
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