Se puede considerar la fecha de fundación del Museo el año 1970, cuando aparece un artículo en el diario "Información" sobre la colección de botijos del Sr. Pablo Castelo Villaoz. El propietario y director del Museo inició su afán coleccionista cuando descubrió un botijo fabricado con corcho y latón, procedente de Segorbe, con una inscripción relativa a su propia familia. Desde entonces los fondos se han incrementado hasta alcanzar más de 1200 ejemplares que constituyen, junto con la de Argentona, la única colección de botijos que actualmente están abiertas al público y pueden visitarse en nuestro país. El Museo está ubicado en la casa del director, construida a principios de siglo pero que ha mantenido prácticamente su estructura original, incluida la cocina, que se exhibe con todos los elementos típicos de la época. Consta el Museo de cuatro salas, una en la planta baja y tres en la primera. Además de la entrañable explicación de la visita al Museo, a cargo del propio director, lo primero que llama la atención es la diversidad de formas y colores que adopta esta "humilde pieza". De hecho el botijo aparece representado bajo distintas texturas como cerámica, metal, madera, etc,; así como difrentes tamaños y formas: zoomorfos, vegetales, antropomorfos, arquitectónicos, religiosos, etc. La procedencia de las piezas es también diversa, puesto que se pueden contemplar botijos adquiridos en distintos paises y regiones de todo el mundo, como Argentina, Bohemia, Colombia, Israel, Italia, Marruecos, México, Perú, Uruguay, etc., así como de las zonas alfareras más importantes de España: Teruel, Talavera, Sargadelos o Manises. Las piezas más antiguas datan del siglo XVIII, y consisten en dos ejemplares del alfar de Manises (Valencia) elaborados sobre vidrio blanco y dorado de reflejo metálico, técnica introducida en la Península Ibérica por los árabes. Además de la espléndida colección de botijos, en el Museo se exiben fotografías y cuadros de pintores locales referentes a esta singular pieza tan propia de la vida cotidiana española que se concibió para mantener fresca el agua y, como afirma el director del Museo "... existe tanto en sustuosas mansiones como en humildes chozas..." Según algunos investigadores, el botijo es una forma cerámica peculiar de España, tanto es así que plantean que la aparición de estas piezas en otros paises indica el paso por ellos de la influencia española. En definitiva, en Museo del Botijo de Villena es un espacio ideal para disfrutar con las múltiples texturas y formas de este elemento tan arraigado en las costumbres de nuestro país. Caricatura del Sr. Castelo, pintada por Pepe Cortés.
Visita su web.... http://www.geocities.com/Athens/Parthenon/7730/
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