que la paguen Celia y sus secuaces. Malditos todos ellos hasta el final de los dias por esta desgraciada herencia de la que nunca nos vamos a recuperar.
Menos mal que vinieron los malditos que dices, porque sino en esta gran ciudad.Que ningun politico de turno no ha hecho nunca nada. Parecería una Ciudad del pasado. Y si los que están, fueran más inteligentes,se le podría sacar mucho beneficio, que en este momento no vendría nada mal para esas arcas tan vacías.
Se que esta corporación es toda una sensación, aunque de escasa pasión, pero mi incorporación sería toda una equivocación. La política contemporánea es una verdaddera analogía de la prostitución y yo no soy de esos jovenes industriosos que tienen la política como una industria. Nuestro vecino Azorín lo explica muy bien en "La voluntad" o en "Las memorias de un pequeño filósofo", no recuerdo... pero en realidad todo esto no me preocupa, lo que yo quisiera de verdad es que usted, en lo sucesivo, dejase de tutearme.
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6 comentarios:
que la paguen Celia y sus secuaces. Malditos todos ellos hasta el final de los dias por esta desgraciada herencia de la que nunca nos vamos a recuperar.
Menos mal que vinieron los malditos que dices, porque sino en esta gran ciudad.Que ningun politico de turno no ha hecho nunca nada. Parecería una Ciudad del pasado. Y si los que están, fueran más inteligentes,se le podría sacar mucho beneficio, que en este momento no vendría nada mal para esas arcas tan vacías.
no hay forma de entender lo que quiere usted decir.
Pues entonces vales para la corporacion del momento.
Se que esta corporación es toda una sensación, aunque de escasa pasión, pero mi incorporación sería toda una equivocación. La política contemporánea es una verdaddera analogía de la prostitución y yo no soy de esos jovenes industriosos que tienen la política como una industria. Nuestro vecino Azorín lo explica muy bien en "La voluntad" o en "Las memorias de un pequeño filósofo", no recuerdo... pero en realidad todo esto no me preocupa, lo que yo quisiera de verdad es que usted, en lo sucesivo, dejase de tutearme.
Perdone usted.
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