8 mar 2014

2014 ENTREVISTA A PEPE CABANES, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE VECINOS DEL RABAL

Entrevista a Pepe Cabanes: "El Rabal es el barrio de todos, y si nuestro casco histórico mejora, Villena también mejorará"
Publicado en El Periódico de Villena. Marzo 2014
Rabalero de 47 años, Pepe Cabanes es desde 2009 presidente de la Asociación de Vecinos del Rabal, una de las más dinámicas de nuestra ciudad, y responsable, entre otras muchas cosas, de la organización de las Fiestas del Medievo, un evento que no deja de crecer año tras año y que parece no tener límites.
¿Rabalero de toda la vida?
No, de adopción. Mi mujer sí lo es, y mi padre también, pero yo vivo en el barrio del Rabal desde que me casé.
¿Cómo se te ocurrió presidir la asociación?
Colaboraba desde que llegué al barrio, cuando estaba Juan López de presidente. Seguí cuando llegó Ángel Giner a la presidencia, y cuando dimitió me pidió que le sustituyese. Entonces era vicepresidente.
¿Hay relevo a la vista para Pepe Cabanes?
Siempre digo que presidentes somos todos, porque todos estamos trabajando e implicados. Mientras haya gente tan volcada como hasta ahora, yo no tengo problema en seguir. Si llega un momento en que la asociación deja de funcionar por falta de implicación de los vecinos, yo me voy. Respecto al relevo, sí hay gente que podría serlo en cualquier momento, porque no es una cuestión de cargos, sino de ganas de trabajar.
Hablamos mucho de las Fiestas del Medievo o el Rabalfest, pero no dejan de ser un medio para alcanzar un fin mucho mayor, ¿no?
Por supuesto, y es algo que tenemos muy claro. El objetivo es revitalizar el casco histórico, reconquistarlo, y que sea un lugar donde se pueda vivir con tranquilidad y al que se le pueda sacar todo el potencial que tiene.
¿Se está consiguiendo?
Creo que estamos en el buen camino, aunque queda muchísimo por hacer. Cuando vinieron los alemanes, tras pasar por determinadas calles, nos dijeron que “todavía nos quedaba trabajo”. Durante las Fiestas del Medievo intentamos crecer siempre hacia arriba. Hay gente que nos dice que sería mejor crecer hacia Santiago, con calles más anchas, pero el objetivo lo tenemos muy claro: hay que revitalizar toda la parte alta.
¿Cómo sería tu Rabal ideal? ¿Llegaremos a verlo?
Un barrio tranquilo donde tienes los mismos servicios y los mismos derechos, y donde a la gente se le exige el mismo comportamiento social y vecinal que en cualquier otra parte, y que al mismo tiempo sirva para potenciar turística y económicamente la ciudad. Llegaremos a verlo, pero eso exige una parte de implicación vecinal, que en nuestro caso es muy fuerte; otra parte de implicación administrativa, que creo que va por el buen camino, aunque a veces las cosas se puedan hacer de otro modo; y por último la iniciativa privada, sobre todo a nivel económico, y esa parte creo que es la que todavía no ha despuntado, aunque empezamos a ver algún atisbo.
¿No crees que debería ser la administración la que genere las condiciones para que empresarios o particulares inviertan?
Es fundamental, y se han hecho algunos avances, pero sigue siendo muy lento todo. Hay mucha burocracia, construir en el casco antiguo exige muchísimos trámites que ralentizan las cosas. En determinadas zonas se necesita una mayor seguridad y normalización social, y ahí el ayuntamiento tiene mucho por hacer.
¿No tenéis la sensación de ir siempre por delante de las instituciones, o de haber hecho más que nadie por potenciar el turismo en Villena?
Las instituciones son muy lentas para reaccionar o aplicar nuevas ideas. Potenciar el turismo es una parte muy importante del objetivo global, porque el turismo normaliza, y por eso hacemos todo lo que podemos para atraer gente. Villena y su casco histórico son grandes desconocidos, y en cuanto la gente viene, se sorprende de que no haya mayor inversión para recuperar todo, o determinados solares llenos de basura, o casas en ruinas… y se sorprenden aún más cuando les dices que el propietario es el ayuntamiento, que aunque está haciendo cosas, tiene todavía una lista de tareas pendientes, porque siendo el mayor propietario, con ciento y pico casas, es también el mayor incumplidor de la normativa del casco antiguo, permitiendo situaciones que a un particular no se le permitirían.
Algunas de esas viviendas saldrían adelante con un arreglo. ¿Podéis comprender que no se arrienden a un precio competitivo, a parejas jóvenes o personas necesitadas, a cambio del arreglo y la puesta en valor de la casa?
Burocráticamente son muy lentos. Hay gente que quiere comprarles una casa y no puede ser, tienes que buscar una permuta, buscar una casa o parcela que le pueda interesar al ayuntamiento para cambiársela, y pasan años. Muchas casas están en ruinas, pero cuando se compraron no lo estaban, y han acabado así por abandono, que es lo que va a pasar con las que ahora están mejor como no se actúe. Todos conocemos a gente joven que busca independizarse, o familias que a causa de la crisis han perdido su vivienda. Por las condiciones económicas y sociales que pasan nuestro país y nuestra ciudad, sería algo fundamental.
Fiestas del Medievo, Rabalfest, Pasaje del Terror, elCasc, encalijas, la Procesión, concursos de monólogos, fotos y video, degustación de habas y caracoles, encuentros de artistas, correfocs, gigantes y cabezudos, ermita de San José y campanas de Santa María… ¿Qué más queda por hacer?
Ahora mismo no se pueden hacer más cosas si las tiene que hacer la directiva de la asociación, porque tenemos nuestros trabajos y familias, y hacer todo esto supone muchísimo esfuerzo. Pero sí se puede crecer implicando a más gente que esté dispuesta hacer cosas, y tenemos más ideas esperando ser desarrolladas. Todo lo que hacemos es posible porque hay muchísima gente implicada que, aunque no son del barrio, se sienten rabaleros y participan como el que más. Entendemos que ser rabalero es un sentimiento de pertenencia, de ser parte de algo que nos pertenece a todos, más que el residir o no en un lugar, y hay muchísima gente que se siente de aquí, porque ha vivido de pequeña, o porque vivían sus padres, o simplemente porque entienden que el barrio es de todos y hay que pelear por él.
¿Hasta qué punto os molestan “zancadillas” como los cambios en los recorridos de la Retreta o el Pasacalles?
Bastante, quizá porque estamos muy metidos en el trabajo y tenemos muy claro que no es un capricho particular, sino algo bueno para toda Villena. Para nosotros esas decisiones van contracorriente; mientras no dejamos de preparar actividades para provocar que la gente pase por allí, porque eso normaliza, otros cambian recorridos históricos y que pertenecen a nuestra cultura inmaterial sin una justificación demasiado seria, algo que personalmente me desgasta mucho y me ha resultado desagradable, más aún cuando el propio Plan del Casco Histórico pide que no se quiten actividades del barrio, al contrario, demanda que se lleven todas las que se pueda. Al final esto son épocas, porque las instituciones las dirigen personas y las personas pasan, y dependiendo de quién esté encontramos mayor o menor apoyo.
Centrándonos en las Fiestas del Medievo, advertías del riesgo de “morir de éxito”. ¿Hay que seguir creciendo año tras año?
Cuando hemos crecido, sobre todo en espacio, paramos dos años para consolidar. A nivel de espacio poco más vamos a crecer. Queda barrio, pero más espacio supone más trabajo, desde la decoración hasta el diseño de actividades. En cuanto a puestos de venta tampoco queremos crecer más, para no saturar, pero sí es interesante tener más actividades (aunque es realmente muy complicado gestionar todo esto; hasta aquí llegamos, pero nos puede venir grande si seguimos yendo a más) y más calles para pasear, porque a algunas horas resulta agobiante el recorrido debido al número de visitantes; ampliando el espacio diversificamos el recorrido, y además ganamos unas calles muy poco visitadas durante el resto del año para que sean conocidas y visitadas después. Hemos comprobado que en las semanas previas, y sobre todo posteriores, a las Fiestas del Medievo, la gente se anima a pasear más por el barrio.
¿Cómo las definirías, en pocas palabras, a alguien que no tiene ni idea de qué se va a encontrar?
Diría que es un viaje en el tiempo en el que encuentras infinidad de actividades culturales en un contexto, no sé si único, pero sí muy especial. Es sumergirte un contexto medieval donde muchísima gente va vestida de época y lo vive con autenticidad, y las calles están decoradas y llenas de actividades abiertas, gratuitas y para todos los públicos.
¿Qué es lo que no hay que perderse en la próxima edición?
Todas las actividades son dignas de ver. Para quien no lo haya hecho, hay que subir una vez en la vida al campanario de Santa María. Tampoco hay que perderse la inauguración, con la llegada de los Reyes Católicos, ni las dos nuevas representaciones: el nacimiento del señorío de Villena y el desencuentro del Cid (viernes noche y domingo por la mañana). También hay que ver una representación de títeres con Salva Puche, probar a tirar con arco, participar en la procesión de las antorchas, que es un acto único, y para los más jóvenes, el concierto de después en la explanada del Castillo. Por supuesto hay que ver una boda, y la del sábado por la mañana será muy especial, porque son vecinos del barrio, y como espacio no hay que perderse la Morería, visitando además las cuevas de los Tuareg. Quien no las conozca se va a sorprender mucho.
¿Volveremos a ser noticia a nivel nacional este año?
Vamos a intentarlo, aunque contamos con un handicap, porque la inauguración, el 8 de marzo, coincide con el Día Internacional de la Mujer, y la mayoría de las televisiones suelen buscar esa noticia. Así que hemos incluido otros dos actos nuevos, denunciando el feminicidio que supuso la quema de brujas, con más de 60.000 mujeres quemadas en toda Europa durante esa época. Tenemos contacto con televisiones y radios y vamos a tirar de todos los hilos para intentarlo, porque es muy importante esa difusión. De momento está confirmada la presencia de “Ser Viajeros”, a nivel autonómico. También se ha hablado ya en otras emisoras con motivo de las bodas. Ese slogan de “Villena, capital del amor medieval”, que partió de la revista del Camino del Cid, es algo que ha calado y llama mucho la atención.
¿Y entre los extranjeros de la costa?
Ahí estamos. Ese es un nicho muy importante para nosotros y tenemos a Feike –un rabalero más por muy holandés que sea y aunque no viva en el barrio– trabajando el tema. Ha escrito a las asociaciones de holandeses de Andalucía y la Comunidad Valenciana y alguna ha mostrado ya su interés. No sabemos si vendrán o no, pero vamos a seguir intentándolo, también con nórdicos, rusos, ingleses… Si funciona, genial. Y si no, pues volveremos a intentarlo, porque pensamos que esto hay que hacerlo todo el año, aprovechando cualquier evento, especialmente los Moros y Cristianos.
¿Te gustaría añadir algo más…?
Poco más. Invitar a todo el mundo a hacerse con el programa y organizar un poco su visita, porque este año hay más actividades que nunca. Y a sentir las Fiestas del Medievo como las fiestas de su pueblo, que se vistan o usen detalles medievales para sentirse más integrados. El Rabal es el barrio de todos, y estamos convencidos de que si nuestro casco histórico mejora, Villena también mejorará. 
Por Carlos Prats  EPDV

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