UN FESTERO: JOSÉ NAVARRO DÍAZ
Lo habréis visto incontables veces. En invierno, en verano, cruza a toda hora nuestras calles, de la mañana a la noche, incansablemente. Brillan sus ojos, inquisitivos, tras unas gafas; sus cabellos se baten ya en claudicante retirada o, más aún, en inapelable derrota. El gesto alerta, como en continua vigilancia, se desarma, de vez en cuando, en confianzuda y abierta sonrisa. Y algo más: en todo momento, como un apéndice inorgánico unido ya por siempre a su cuerpo, pendiente de una u otra mano, cuelga una panzuda y rebosante cartera.
Es éste uno de nuestros mejores festeros. Presidente de la Comparsa de Labradores, miembro y tesorero de la Junta Central de Fiestas, trabaja todo el año para ambas organizaciones robando tiempo a sus ocupaciones y a su descanso. Y no a su distracción: pues ésta es todo aquello que a fiestas se refiere.
Se llama José Navarro Pérez, nombre y apellidos comunes y extendidos en nuestra ciudad; pero cobra toda su auténtica dimensión personal y se singulariza bajo el apelativo de Pepe «Querrecle». Ingresó en la Comparsa de Labradores en 1940, a los 17 años; pero, antes de esta fecha, ya servía de amanuense al presidente, «el tío Pepe el Ruso». Siguió a éste en las tareas de la Presidencia el célebre «Panchana», en 1944; y ya fue nombrado nuestro festero secretario de la Comparsa, descansando en él, prácticamente, todas las tareas y la organización de los «Labradores». Cuando «Panchana» abandonó a sus «Maseros» para siempre, el presidente indiscutible fue «Querrecle». Y aún hoy, cuando reglamentariamente han de sucederse los hombres en las tareas directivas, la obligada votación que nutre de nueva savia los demás cargos, es sustituida, al elegir presidente, por una unánime y cerrada ovación que lleva a Navarro, los ojos brillantes y húmedos, a empuñar de nuevo, con mano fuerte, segura y llena de experiencia, el timón de la Comparsa.
Las cualidades que reúne nuestro festero quedan disminuidas tan sólo, y ello compone una figura rebosante de humanidad, por un solo defecto: el de una desmedida pasión por cuanto atañe a los «Labradores» Este es el talón de Aquiles que les hace perder el recto sentido de la equidad y el prisma a través del cual se desdibuja la objetividad en él. Pero quien le haya visto en esos actos íntimos de la Comparsa, hablar a sus hombres y pedirles, la máxima entrega para que constituyan el más alto ejemplo de actuación festera, y observe, a la vez, que sus sencillas y emocionadas palabras llegan a hacer brotar las lágrimas de alguno de ellos, comprenderá que no hay obra perfecta que pueda eludir esa carga de pasión inevitable.
Pocos festeros hay en Villena con más puro y sincero amor a todo lo que son y significan nuestras Fiestas. Y tal vez menos aún serían los que encontráramos con la desinteresada capacidad de trabajo y sacrificio que posee Pepe Navarro. Cualidades éstas que ha sabido infundir en los hombres que dirige hasta llegar a reunir en la Comparsa de Labradores un estupendo cúmulo de virtudes festeras, las cuales han llevado a los «Maseros» a ser una de las más conscientes, brillantes y representativas asociaciones festeras de nuestra ciudad.
ROJAS
Extraído de la Revista Villena de 1971
1 comentario:
Jose Navarro Diaz, es el fotografo de la calle Mayor....
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