En Memoria de Carmen Martínez San Juan. Curandera de Villena.
lunes 7 de marzo de 2011 - Concha Reviriego Almohalla
Muchas veces tuve delante de mí a esta mujer con esa misma expresión. Me contaba con paciencia incansable todo cuanto yo demandaba acerca de La Vida Espiritual. Nuestro contacto duró más de veinte años. Comenzó cuando terminaba 1979 y duró, podría decirse que casi hasta su muerte, acaecida hace unos pocos años. Conocí a sus hijos y a sus nietos, también a su marido; con ellos hablé de los temas que yo quería conocer y pasé buenos ratos. Me trataron siempre con gran cortesía y amabilidad, y, en honor a la verdad, les recuerdo con gratitud.
lunes 7 de marzo de 2011 - Concha Reviriego Almohalla
Muchas veces tuve delante de mí a esta mujer con esa misma expresión. Me contaba con paciencia incansable todo cuanto yo demandaba acerca de La Vida Espiritual. Nuestro contacto duró más de veinte años. Comenzó cuando terminaba 1979 y duró, podría decirse que casi hasta su muerte, acaecida hace unos pocos años. Conocí a sus hijos y a sus nietos, también a su marido; con ellos hablé de los temas que yo quería conocer y pasé buenos ratos. Me trataron siempre con gran cortesía y amabilidad, y, en honor a la verdad, les recuerdo con gratitud.
Respeté siempre que ella, Carmen, no quisiera “salir” en los medios de comunicación; con todo, salió. Unas veces dicen que engañada, y otras quizá ya convencida de hacerlo. Yo nunca di su nombre. Aunque en Villena se sabía muy bien por donde me movía yo; no en balde estuve allí diez años trabajando a fondo el tema de la medicina popular y el espiritismo.
He visto después sus fotografías en revistas; he visto las fotografías del cuartito donde curaba y donde se celebraban las miles de sesiones de espiritismo, llamadas Trabajos, que ha dirigido y muchas de ellas presencié. Tantas como se pueden calcular a lo largo de diez años, todos los miércoles y viernes de cada mes, dos cada día. Exceptuando alguna venida a Madrid y alternancia con mi trabajo en el Museo Nacional de Etnología de Madrid por aquella década.
He visto después sus fotografías en revistas; he visto las fotografías del cuartito donde curaba y donde se celebraban las miles de sesiones de espiritismo, llamadas Trabajos, que ha dirigido y muchas de ellas presencié. Tantas como se pueden calcular a lo largo de diez años, todos los miércoles y viernes de cada mes, dos cada día. Exceptuando alguna venida a Madrid y alternancia con mi trabajo en el Museo Nacional de Etnología de Madrid por aquella década.

Publicado en INTERVIU

Espiritistas en Villena había y hay muchos más que los relacionados con el curanderismo. Existía la recién creada, entonces, Asociación Parapsicológica Villenense. Los miembros de esta asociación seguían el credo espírita que comenzara con Allan Kardec en Francia en el siglo XIX.
Los iniciados/seguidores del mismo a través de la vía de los curanderos, eran básicamente, personas que lo habían aprendido y mantenido por tradición oral.
No implica esta distinción -oral/ escrito- una separación absoluta de las personas y modo de aprendizaje; sino más bien es una forma de diferenciar dos tradiciones y dos formas de asociarse los creyentes y practicantes espiritistas. La diferencia entre una asociación formal, y otras agrupaciones de carácter menos formalizado, es básica en el mantenimiento y reproducción de esta filosofía.

Entonces no pude dar los nombres, no quise; No publiqué el lugar exacto de la vivienda ni el nombre de la persona principal de uno de los centros espirituales que fueron la unidad de análisis de mi trabajo -hubo otros- ; pero en este centro, con esta mujer empezó algo que para mí ha sido muy importante en mi vida, y ahora, que ya ha sido profusamente fotografiada, nombrada, enseñada en la prensa; ahora, Carmen, te doy las gracias por escrito y con tu nombre impreso.
ver blog de Concha Reviriego
2 comentarios:
una gran mujer....!!!! estes donde estes no te olvidamos.....te queremos
solo dar las gracias por este homenaje,de corazon.GRACIAS. por tantas personas a las que ayudo sin esperar nada a cambio, por tener ese don y compartirlo con los que confiaron en ella, por ser tan especial y porque siempre estara en nuestros corazones. la materia muere, su alma sigue viva.
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