El castillo nos hace reconocible un paraje que, de otra forma, podría pasar perfectamente como una de esas ilustraciones que acompañaban a los relatos de terror tan propios de la literatura del siglo XIX. Sobre todo por los dos árboles que aparecen en primer término y que más semejan a un par de esqueletos retorcidos y vetustos que anuncian los que nos espera más allá. Pero no, solo se trata de la Villena de 1976 en su acceso desde la carretera de Yecla y aunque muchos de los elementos de la imagen ya no existan, en esencia, la ciudad de entonces sigue siendo la misma de ahora.
Foto cedida por... Gaspar Tomás Mora "Gastomo"
Texto... Francisco Javier Rodenas Micó. Portada.info

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