1923-1948 RECUERDOS DE LA CORONACIÓN
Hemos tenido la suerte de poder traer a nuestras páginas, en charla sobre recuerdos de la Coronación, a las dos personalidades relevantes de nuestra vida local que la vieron más intensamente. Ellas son: el Reverendo D. Gaspar Archent, organizador, alma y guía de aquella gesta, y D. Emilio López Santonja, Alcalde de nuestra Ciudad en aquel tiempo.
Hemos tenido la suerte de poder traer a nuestras páginas, en charla sobre recuerdos de la Coronación, a las dos personalidades relevantes de nuestra vida local que la vieron más intensamente. Ellas son: el Reverendo D. Gaspar Archent, organizador, alma y guía de aquella gesta, y D. Emilio López Santonja, Alcalde de nuestra Ciudad en aquel tiempo.
La Virgen saliendo de la Parroquia de Santiago, para ser Coronada.
D. Gaspar se encuentra pasando, como es su leal costumbre, esta temporada entre nosotros. Como siempre, a primeros de verano llegó de Valencia. Como siempre, hemos ido a visitarle en su casa, pero, aunque sabíamos su penosa enfermedad, nos acongojamos al ver a este ilustre villenense, que fué capaz de obra tan alta y empresa tan ardua como la que llevó durante varios años y logró ver realizada en 1923. con su recia humanidad vencida por enfermedad cruel. Junto a su sillón, unas cuartillas de versos recientes con letra temblona. "Para los juegos Florales de Villena", leemos en ellas: “Tengo en mi casa un canario...”, comienza una de las poesías; "Es mi Virgen una Virgen...” dice otra. Pero ninguna acaba. Son intentos de su voluntad y su afán, sensibles sobre su postración a todo lo que sea de la Virgen y de Villena. Y aún en esos versos sin terminar pervive su estro ardoroso, laureado en múltiples torneos.
Le es difícil recordar, pero nos dice: “Fué la mayor satisfacción de mi vida. Ahora estoy muy satisfecho otra vez y espero poder ir a la Puerta de Almansa a volverla a ver coronar. Dí que, entonces, la Virgen me premió en seguida, porque en el agosto de 1924 gané la oposición a la canonjía de la Catedral de Valencia. Prediqué su sermón, el Sermón de la Virgen, muchos años, desde que sustituí a don J. Chaumel. Siempre fué emocionadamente cómo predicaba este Sermón.”
Le es difícil recordar, pero nos dice: “Fué la mayor satisfacción de mi vida. Ahora estoy muy satisfecho otra vez y espero poder ir a la Puerta de Almansa a volverla a ver coronar. Dí que, entonces, la Virgen me premió en seguida, porque en el agosto de 1924 gané la oposición a la canonjía de la Catedral de Valencia. Prediqué su sermón, el Sermón de la Virgen, muchos años, desde que sustituí a don J. Chaumel. Siempre fué emocionadamente cómo predicaba este Sermón.”
Las Autoridades que presidieron la Coronación.
En su pequeña salita, la rápida evocación de aquellos años brillantes, «predica Archent», la orea la brisa del atardecer que entra por la ventana entreabierta. Miramos a D. Gaspar y el cuadro de la Virgen. Y nos despedimos pensando que en verdad será, la nueva corona del día seis, una inmensa satisfacción para este gran villenense y sacerdote. Se queda con el breviario en la mano y, cerca, las cuartillas de los versos. Nos parece que está mas cerca de la Virgen que de nosotros mismos.
D. Emilio López Santonja nos recibe risueño, con esa riente amabilidad que le caracteriza.
¿Recuerdos de la Coronación? Su recuerdo es imborrable, pero el de las demás circunstancias de ella no lo veo fácil. ¡Son tantos años ya! Con todo -nos dice- recuerdo, como viva aún, la sensación de brillantez de aquellos días extraordinarios. Villena estaba materialmente abarrotada de gente. Y el acto fue hermoso y solemne de verdad. Vinieron dos Obispos y sus séquitos. El diocesano, que fue quien coronó a la Virgen, y el de Jaca, Frutos Valiente, que predicó. Entonces era el mejor orador sagrado de España.
D. Emilio López Santonja nos recibe risueño, con esa riente amabilidad que le caracteriza.
¿Recuerdos de la Coronación? Su recuerdo es imborrable, pero el de las demás circunstancias de ella no lo veo fácil. ¡Son tantos años ya! Con todo -nos dice- recuerdo, como viva aún, la sensación de brillantez de aquellos días extraordinarios. Villena estaba materialmente abarrotada de gente. Y el acto fue hermoso y solemne de verdad. Vinieron dos Obispos y sus séquitos. El diocesano, que fue quien coronó a la Virgen, y el de Jaca, Frutos Valiente, que predicó. Entonces era el mejor orador sagrado de España.
La Virgen ante la tribuna para su Coronación.
Las primeras Autoridades de la provincia nos honraron con su presencia.
Recuerdo perfectamente a D. Ricardo Aparicio, Gobernador Civil, que, además, traía la representación del Sr. Ministro de la Gobernación, Duque de Almodóvar.
El Gobernador Militar fué representado por el Teniente Coronel jefe del Tercio de la Guardia Civil.
El Presidente de la Audiencia también envió un Magistrado representándole, que, por cierto, recuerdo ostentaba un collar con título pontificio.
Presidió aquellas Fiestas, con nosotros, el Diputado a Cortes por el distrito, D. Antonio Hernández; D. Pascual Doménech, que entonces era Magistrado de la Audiencia de Alicante; D. Guillermo Navarro Pola, juez de 1ª Instancia e Instrucción; Registrador de la Propiedad, Sr. Vilaseca; Notario, Sr. Conejos. Mi hermano, D. Rafael López, que entonces era Cónsul de España en Suecia, entre otros más, que no recuerdo.
El Sr. Ministro de la Gobernación nos escribió excusándose de no poder venir por causa de los graves acontecimientos políticos de entonces, que no le permitían salir de Madrid, pero, al par que se hizo representar por el Gobernador Civil, como he dicho antes, me envió un obsequio, consistente en un bastón de mando, que se ofrendó a la Virgen y que es el que lleva los días que está en Villena.
Recuerdo perfectamente a D. Ricardo Aparicio, Gobernador Civil, que, además, traía la representación del Sr. Ministro de la Gobernación, Duque de Almodóvar.
El Gobernador Militar fué representado por el Teniente Coronel jefe del Tercio de la Guardia Civil.
El Presidente de la Audiencia también envió un Magistrado representándole, que, por cierto, recuerdo ostentaba un collar con título pontificio.
Presidió aquellas Fiestas, con nosotros, el Diputado a Cortes por el distrito, D. Antonio Hernández; D. Pascual Doménech, que entonces era Magistrado de la Audiencia de Alicante; D. Guillermo Navarro Pola, juez de 1ª Instancia e Instrucción; Registrador de la Propiedad, Sr. Vilaseca; Notario, Sr. Conejos. Mi hermano, D. Rafael López, que entonces era Cónsul de España en Suecia, entre otros más, que no recuerdo.
El Sr. Ministro de la Gobernación nos escribió excusándose de no poder venir por causa de los graves acontecimientos políticos de entonces, que no le permitían salir de Madrid, pero, al par que se hizo representar por el Gobernador Civil, como he dicho antes, me envió un obsequio, consistente en un bastón de mando, que se ofrendó a la Virgen y que es el que lleva los días que está en Villena.
Después de la Coronación, en Procesión hacia la Parroquia.
Como detalle de lo hermosísima que estaba Villena, con muchas de sus calles adornadas por los vecinos a base de artísticos trabajos, de junco, etc.; el esplendor de aquel año en las comparsas: la inusitada afluencia de forasteros e hijos de Villena que hacía 30 años que no habían venido por aquí: la limpia fraternidad de entonces: los lucidos desfiles de carruajes, famosos en la provincia, y que aquel año se hicieron dos; y la abundante buena mesa en las casas, cuento que nuestros invitados oficiales nos honraron prolongando su estancia. Recuerdo que el Gobernador tenía que asistir a la inauguración de la nueva casa Ayuntamiento de Elda, seguida de un banquete cena. Me llevó con él, pero antes le hizo prometer a Pedro Menor (q. e. p. d.) que de diez y media a once, le llamaría diciéndole se había recibido un telegrama urgente de Madrid que exigía su presencia, porque quería ver la Alborada. Así lo hizo y nos salimos del banquete, y cuando llegábamos a los Cabecicos de Muñoz, comenzamos a ver los cohetes y carcasas de la Alborada.
Como final, recuerdo que con las Autoridades, seguidas de la Banda de Música, despedimos a la Virgen, no en las Eras como es tradicional, sino donde comienza el camino de San Bartolomé.
Fué todo magnífico, que nos llenó a todos de satisfacción. Nuestra Morenica todo se lo merece.
Como final, recuerdo que con las Autoridades, seguidas de la Banda de Música, despedimos a la Virgen, no en las Eras como es tradicional, sino donde comienza el camino de San Bartolomé.
Fué todo magnífico, que nos llenó a todos de satisfacción. Nuestra Morenica todo se lo merece.
Nuestro Ilustre paisano D. Gaspar Archent, entonces Doctoral de la Santa Iglesia Catedral de Orihuela, alma de la Coronación, con la magnífica corona desaparecida y su artífice, el orfebre valenciano, Sr. Orrico
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