12 may 2022

1956 EL CHICHARRA, UNA HISTORIA DE AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS DE BIAR Y VILLENA

EL CHICHARRA, UNA HISTORIA DE AMISTAD 
ENTRE LOS PUEBLOS DE BIAR Y VILLENA 
Pepe Ruescas Espinosa, Paquita Mullor Menor 
Pilar Bustos Peña, Justo Román Soriano (1976)
Serían las ocho de la mañana de primeros de marzo del 1956 cuando llegó a la estación del Chicharra de Biar, la autovía, primera que se utilizó en España, según se decía, que no era el clásico tren con su máquina de vapor y su estruendoso ruido, sino una especie de tranvía con motor de gasoil, me despedí de mis padres y familia y parado el vehículo, subí en la parte trasera, donde me esperaba un cabo y tres jóvenes de mi edad, reclutas éramos todos de aquella quinta del 55, en aquel momento ya elegí sentarme al lado del que más cuadraba a mi carácter tímido, establecimos la conversación y nos presentamos como José Ruescas Espinosa, de Villena y el que suscribe la presente, Justo Román Soriano, de Biar, los otros dos quintos de Villena sus apellidos eran Ruiz uno y Román el otro, los cuatro nos encaminábamos a Jaca, uno de los peores sitios para la "mili", el Servicio Militar, obligatorio entonces para todos los españoles; Ruescas y yo iniciamos una gran amistad para siempre, nuestros caracteres y aficiones eran muy semejantes, la afición a la música primaba, él era según me dijeron el mejor trompeta que ha tenido Villena, venía de una familia donde todos eran músicos, tocaban en la banda municipal; hablamos, cómo no, de esa efigie compartida entre los dos pueblos, La Mahoma, ideológicamente estábamos en línea si bien nunca quiso Ruescas descender a la palestra de la política, yo sí lo hice toda mi vida, además de participar en múltiples asociaciones a lo largo de mi vida; hicimos transbordo en Agres, cogiendo el tren de vía ancha que desde Alcoy se dirigía a Valencia, llegados a Valencia nos dieron de comer en el ya desaparecido cuartel "El 20 de Guadalajara", olvidándose que para aquel guiso con caldo necesitábamos cucharas que no nos proporcionaron, no comimos, de allí nos llevaron al tren que iba a Zaragoza y que invirtió 24 horas en el trayecto, asientos de madera, luego otro tren a Jaca, total dos días de viaje, ya en el cuartel cimentamos nuestra larga y sincera amistad durante aquellos quince meses que duró el servicio, la afición a la música nos unía, oírle tocar la trompeta te subía al paraíso, además estaba muy de moda entonces la trompeta.
El primer permiso que me dieron, llevé a la novia de Ruescas, en Villena, noticias sobre su novio, conocí entonces a Paquita Mullor Menor, un bombonazo de mujer como vulgarmente solemos decir, la cual también era una mujer muy inquieta, tanto que su actividad social ha llegado hasta nuestros días; según supe, fue la primera mujer que ocupó una presidencia de asociación, concretamente en la Asociación de Vecinos La Paz. 
Pepe y Paquita pronto se casaron tras el licenciamiento de la mili, ella era modista y él experto zapatero, tuvieron una hija y dos hijos, yo también me casé y frecuentemente nos juntábamos las dos familias, conocí a todos los familiares de esta pareja y nuestros hijos también se relacionaban con todos ellos, fueron grandes amantes de Biar, nosotros de Villena, nuestras vidas se deslizaron por vicisitudes de todo tipo, como suele suceder a quienes se casan, felicidad, problemas, la pérdida de familiares allegados y la viudedad de Paquita y también la mía reciente. La música era también algo la chaladura que teníamos, Ruescas aprendiendo a tocar diversos instrumentos musicales de orquesta, los cuales compraba, a mí me dio por fabricar instrumentos étnicos, los cuales he ido regalando pues me conformo con disfrutar haciéndolos.
Al final de los 70 un hermano de Paquita, Salvador Mullor entró en las inquietudes políticas y llegó a la alcaldía de Villena creo que en el 81 y yo en la de Biar el 79, hasta el 95 en que el P.P. derribó a los socialistas en gran parte de España, entre ellos a nosotros dos; en Villena fui fundador de la comarcal del PSOE "Les Fonts del Vinalopó" en 1976 y Salvador y yo tuvimos también el honor de ser diputados por el distrito de Villena durante aquellos años en la Diputación Provincial de Alicante.
 Justo Román Soriano, Pilar Bustos Peña, 
Paquita Mullor Menor y Pepe Ruescas Espinosa (1976)
Mi intención con este escrito es realzar y resaltar la importancia del ser humano cualquiera que sea su deriva en la vida, recordando también que tenemos obligaciones con la sociedad en la que vivimos y que el servirla produce grandes satisfacciones, debemos huir del individualismo y fomentar lo que hoy suele decirse los valores.
Me consta que nuestros pueblos destacan por la gran cantidad de asociaciones existentes y la gran participación de los vecinos, felicitémonos por ello, también por esa cantidad de creadoras/es y emprendedores/as que tenemos en nuestro haber.
Por... Justo Román Soriano 
Villeneros y Biaruts - Biar junio del 2018

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