19 ago 2021

1977 UNA «ENTRADA» SINGULAR

UNA «ENTRADA» SINGULAR para el Maestro Carrascosa
No pocas veces, al considerar las múltiples circunstancias que conciernen a la Fiesta de Moros y Cristianos villenense, nos asalta una idea que abarca dos aspectos en apariencia contradictorios: de un lado, la persistencia de la conmemoración, que se desarrolla a lo largo de más de ciento cincuenta años, cuando menos, en una clara línea ascendente que nos hace entrever para ella un futuro inabarcable; de otro, la fugacidad, no obstante su fundamental cometido, de los actores o participantes que la llevan a efecto. Parece desprenderse de esta dualidad, como directa consecuencia, un claro simbolismo: La Fiesta, tal como la Ciudad misma, como los valores y circunstancias que caracterizan el conjunto urbano conformando una personalidad determinada, están por encima de los seres humanos que los sirven. Diríase que, condicionados por el hecho de nacer o vivir en Villena, obramos o actuamos en virtud de unas directrices que nos vienen dadas; y que nuestra conducta se ajusta, en una gran mayoría y en líneas generales, a cánones y pautas que identifican una idiosincrasia peculiar.

D. Manuel Carrascosa García.

Podría afirmarse, pues, que la personalidad de cada uno de nosotros tiende a desdibujarse para actuar dócilmente al servicio de premisas establecidas de antemano. Un examen más detenido, sin embargo, nos hace ver que no es exactamente esto lo que ocurre. Si de una parte la Ciudad y el conjunto de sus manifestaciones nos imponen determinadas formas, no es menos cierto también que sus habitantes, a pesar de la brevedad de una vida, o menos aún, de una participación directa, contribuyen a modificar y enriquecer, cuando poseen una función importante o una poderosa personalidad, los valores ciudadanos. Se deduce así, como consecuencia, que existe un continuo proceso dialéctico cuya síntesis es fácilmente verificable.
La Fiesta de esta forma, es la resultante de una realidad en la que hombres singulares acaban por dejar su huella. Y estas consideraciones están motivadas por el examen de la que va a estampar, en nuestra más querida conmemoración, un hombre al que hoy, cuando se apresta a hacer su último desfile, queremos rendir el homenaje de recordar lo que en ella, y aun en otros aspectos de la vida local, ha supuesto su personal actuación.
Cuando el día cinco de septiembre abra nuestra Banda Municipal de Música el acto de «La Entrada», a su frente estará, seguramente por última vez en idéntica ocasión, el maestro Carrascosa. Serán, con este de 1977, treinta y ocho años los que interviene en la Fiesta. Llegó a nuestra ciudad durante la segunda quincena del mes de septiembre de 1939; como todos saben, nació en Buñol, y venía a Villena con una fama merecida, no obstante su juventud, que abonaban los triunfos obtenidos en diversos certámenes musicales a los que había acudido.
D. Manuel Carrascosa se hizo cargo de la Banda Municipal villenense a su llegada; y la abandonará dentro de unos meses al llegar la hora de su jubilación. La eficiente labor desarrollada en este concreto cometido, de la que da fe la existencia una nutrida y floreciente agrupación musical en cuyo haber cuentan merecidos éxitos y galardones, es historia local suficientemente conocida. También lo es, aunque no haya tenido tan general trascendencia, la importante labor que el maestro Carrascosa ha desarrollado en las agrupaciones teatrales del género lírico que han existido en Villena desde la posguerra. La dirección musical en ellas, y su incansable labor, tarea que en ocasiones llega a resultar agotadora cuando de cuadros de aficionados se trata, creemos que han sido decisivas en los éxitos de los conjuntos líricos locales.
El maestro Carrascosa al frente de la Banda Municipal de Villena en el acto de «La Entrada»
No obstante, hoy queremos destacar la intervención de D. Manuel Carrascosa en la Fiesta villenense de Moros y Cristianos. Sabido es que nuestra Banda de música constituye una prolongación natural de las agrupaciones festeras locales. La quinceava Comparsa ha sido llamada por muchos villenenses. Lazos estrechos de colaboración, de amistad, de parentesco, entrecruzan la Banda con las Comparsas. Son muchos los músicos festeros; y muchos más lo serían si no se dieran tan frecuentes ocasiones de incompatibilidad, en el ejercicio de ambas funciones. especialmente durante el desarrollo de la Fiesta.
Los Moros y Cristianos también captaron con su innegable encanto al director de la Banda municipal. Ocurrió asimismo en otras facetas de la vida local: el maestro Carrascosa es un villenense más. y no solo por su larga permanencia en la Ciudad. ni por el merecido título de Hijo Adoptivo que la Corporación Municipal le concediera hace años. sino por muchas analogías, tantas que sería prolijo desmenuzarlas, que han hecho de él un villenense auténtico.
Pronto empezó a dejar constancia de su presencia el maestro Carrascosa en los fastos locales. Poco después de su llegada a Villena compuso, casi simultáneamente con el pasodoble «Francisco Bravo». dedicado al anterior director y creador de la actual Banda. es otra composición que ningún villenense desconoce y que a todos ellos emociona cuando se interpreta. Nos referimos al pasodoble «La Morenica». de cuya gestación hablamos por extenso en el número correspondiente al año 1975 de esta misma Revista.
«La Morenica» sirvió como obra obligada en el primero de aquellos certámenes que se celebraron, al principio de la década de los 40 entre las agrupaciones musicales que venían a la Fiesta de septiembre. También del maestro Carrascosa fueron otras dos composiciones obligadas en sucesivos años: los pasodobles «Túrbula» y «Fanega».
Pero si estas actividades y un sinfín de contactos y colaboraciones han sido mantenidas
por el maestro Carrascosa con la Fiesta y las Comparsas, donde verdaderamente ha quedado su huella, que creemos ha de perdurar muchos años, ha sido en las composiciones dedicadas a ambas. Para la Fiesta, en su sentido más amplio, escribió su «Canto a las Fiestas de Villena», sobre una letra que, a su solicitud, tuvo el honor de pergeñar el que esto firma. Pedro Hernández Hurtado escribió otra para el «Canto a la Virgen de las Virtudes», composiciones ambas que, por sus valores musicales, no merecen el olvido en el que parecen estar. No ocurre así con las dedicadas a las Comparsas; pues éstas han hecho suyas. oficial y fehacientemente, las marchas moras y pasodobles que D. Manuel Carrascosa les ha dedicado. Entre las primeras cuentan «Moros Nuevos» y «Los Nazaríes de Villena». Los pasodobles son «Panchana y sus Maseros», «Bien por los Nazaríes», «Marinos Corsarios», «Pasan los Ballesteros» y «Cincuentenario de los Andaluces». En colaboración con Francisco Domene y con Ramiro Ruiz, respectivamente, ha compuesto dos pasodobles más: «Los Almogávares» y «Cristianos de Villena».
A esta nutrida relación hay que unir otras dos composiciones, directamente relacionadas con la Fiesta y más concretamente con el «I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos» celebrado en Villena en 1974. Una de ellas es la marcha mora «El baile de los Espías», inspirada en el conocido tema de la Fiesta biarense. escrita especialmente para la audición musical que auspició el Congreso. La otra es un pimpante pasodoble que. con el título de «La Comisión». dedicó al conjunto de hombres que trabajó eficazmente para realizar el Congreso, y entre los cuales figuró asimismo el maestro Carrascosa.
La Fiesta villenense va a perder, pues, al menos en un quehacer activo y directo, a uno de los hombres que, no obstante, no haber llegado a vestir un traje festero. ha sido parte importante de su celebración, hasta el punto de dejar en ella una impronta personal que seguramente pervivirá durante muchos años. Es hoy, en la ocasión en que se apresta a tomar parte en la última representación de la Fiesta de septiembre en la que va a desempeñar un papel activo, cuando queremos destacar la importancia de su participación a lo largo de las cuatro últimas décadas. Esperemos ocasión propicia para que, antes de su total retirada, podamos demostrar músicos, festeros y villenenses todos, la medida en que apreciamos la labor que nuestro maestro, el maestro Carrascosa, ha desarrollado en no pocos aspectos para contribuir al prestigio de la Fiesta de la Ciudad y de sus habitantes.
ALFREDO ROJAS
Extraído de la Revista Villena de 1977

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