9 nov 2022

1909 EL MAESTRO CHAPÍ

Como suele ocurrir en estos casos, mientras busco información para desarrollar una pequeña investigación en la que ando atareado, con mi ciudad natal, Villena, como escenario principal de los hechos, me he topado con este texto que encuentro fascinante.
Su autor, Carlos Cano, hace mención en sus memorias de su acercamiento a Ruperto Chapí, con quien compartió un periodo de vida. Me ha emocionado conocer esos matices, pequeñas pinceladas de personalidad y comportamiento del joven Chapí y ser conocedor de la brillantez artística que ya derrochó en su paso por el ejército.
Para situarlo en su momento histórico podemos recordar que tan pronto tuvo edad suficiente se trasladó a Madrid y entró en el Conservatorio, estudiando armonía, contrapunto y composición, entrando en contacto con maestros como Miguel Galiana, Tomás Fernández o Emilio Arrieta, quien pasará a ser su protector.
Rondando sus 19-20 años es cuando oposita para la plaza de músico mayor del tercer regimiento de artillería, que es el hecho principal que se relata en la transcripción que os adjunto.
Será con Emilio Castelar como Ministro de Estado del Gobierno de la I República cuando funda en Roma, es 1873, la academia de Bellas Artes de España, a donde Chapí marchará al obtener una pensión de número. Había transcurrido un par de años en el cuerpo de artillería y tras su marcha a Roma, sólo pasarán tres años más cuando estrene en el teatro Real de Madrid su primer trabajo, La hija del jefe. Esto ocurre el 11 de mayo de 1876.
Todo esto se menciona de pasada en el texto que os adjunto y me ha resultado muy interesante descubrir, además de los datos, los pequeños detalles que hablan de la personalidad perfeccionista del gran Ruperto nuestro.
Me encantaría poder compartirlo con todos, y por ello, creo que la mejor plataforma para ello es la vuestra.
El texto es bastante gráfico y por tanto, personalmente considero que lo mejor sería hacerlo público en su integridad, también por cuanta información ofrece de otras personas que orbitaron alrededor de la figura del insigne maestro.
El texto es la transcripción literal del que está publicado en El Liberal del 1 de marzo de 1909, página 1.
Enviado a Villena Cuéntame por Carlos Sirera.
Texto publicado en El Liberal del 1 de marzo de 1909, página 1.
El Maestro Chapí
Del libro inédito De militar y de paisano Recuerdos e intimidades.
“Cuando el anciano Mr. Latour, músico mayor del tercer Regimiento de Artillería a pie, obtuvo su retiro en 1871, buscando el natural descanso después de muchos años de brillante labor artística, quedó la banda, que con tanto acierto había dirigido, en un estado lamentable; y a reorganizarla se encaminaron los esfuerzos de los jefes y oficiales del Regimiento y en especial los de su primer jefe el coronel murciano D. Manuel de Alarcón”.
“Con tal objeto solicitó y obtuvo que eminentes maestros de Madrid formaran el tribunal de oposiciones a la plaza de músico mayor; y, anunciadas las condiciones del concurso. Se celebró éste en una sala modestísima del vetusto cuartel del Rosario ante el jurado calificador compuesto por Skodopol, director de la orquesta del teatro Real, Oudrid y Monasterio, tres glorias musicales indiscutibles. Yo, aunque sin voz ni voto, presencié como ayudante que era del Regimiento, los ejercicios de los cuaron (sic) opositores y todos ellos demostraban (sic) grandes conocimientos, según las frases de aprobación de los jurados”.
“Uno de los examinados, por su modesto traje y su poca edad, pues frisaría escasamente en los veinte años, fue el que más llamó mi atención. Llegó a éste el turno de ejecutar una obra de su elección y desde los primeros compases, -lo confieso sinceramente-, la oí con gran antipatía. A cada media docena de notas arrancadas de su cornetín se agitaba nerviosamente, golpeaba fuertemente con los pies en el suelo y hacía muecas de disgusto, como queriendo dar a entender que estaba muy contrariado”.
“-Poco confía este joven en sus méritos- dije en voz baja a Monasterio que estaba al lado mío”.
“-Nada de eso, -me contestó el maestro- está probando que vale muchísimo, pero se conoce que en su modestia cree que lo hace mal. Es una joya. Estoy encantado…
“Terminado el acto, el tribunal sin discusión declaró vencedor a aquel mozo imberbe recientemente llegado de Villena y llamado Ruperto Chapí”.
“Pocos días después vistió el uniforme de músico mayor del 3º a pie y antes de tres meses la banda, compuesta de ciento veinte individuos, entre ellos un hermano de aquel, y dotada de nuevo y magnífico instrumental, llegó a competir con la del primer Regimiento de Ingenieros que dirigía el maestro Maimó y era la mejor de España. Y era tan justa la fama que alcanzó la música artillera que recibía grandes ovaciones asistiendo a los bailes fantásticos del Círculo de Rivas, donde actuaban las famosas hermanas Pindiara, y en el paseo del Prado y en el relevo de la guardia de Palacio, y en la misa de nueve de San Ginés, donde se aplaudía con el corazón, ya que en aquel sagrado recinto no podían darse palmadas.”
“durante los ensayos, que se verificaban en una espaciosa sala del piso segundo del hoy demolido cuartel de San Gil, me pasaba yo horas deliciosas admirando las grandes dotes artísticas de Chapí, su intransigencia en no tolerar el menos descuido de sus subordinados, la energía de su carácter para hacerse obedecer y su extremada bondad para corregirles”.
“Por mi destino de ayudante era yo el encargado de la música, y mi continuo trato con su director me hizo tomarle gran cariño. Él también me lo tuvo y entre otras pruebas que me dio, conservo como reliquias varias composiciones suyas para piano que dedicó a la mujer, novia mía entonces, y, poco tiempo después, compañera de mi hogar.”
“En 1874, buscando más amplios horizontes, solicitó y obtuvo una plaza de pensionado en Roma, y a su regreso a España sus magníficas producciones le dieron el renombre glorioso que, lejos de disminuir con la edad, adquiere más brillo cada día”.
“Pasaron los años. La fama de sus indiscutidos éxitos, que saboreé como propios, llenó el mundo del Arte, pero directamente no volví a saber de Chapí hasta que hace unos doce años llegó a Murcia para presenciar la ejecución de su obra Los Mostenses.”
“Quise saludarle y con tal objeto me dirigí al Teatro Circo de Villar, donde ensayaban su zarzuela, y allí le encontré rodeado de varios amigos y admiradores. Puesto frente a él y antes que le dijera una palabra me abrazó con efusión exclamando:”
“-¡Mi ayudante! ¡Cuánto me alegro volverle a ver!”
“Yo también le estreché en mis brazos y sentí una emoción gratísima, mezcla de envidia y de orgullo. El antiguo subordinado de teniente era ya general en jefe del ejército del Arte”.
Carlos Cano. El Liberal del 1 de marzo de 1909

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