20 jul 2023

1992 UNA LECTURA HISTÓRICA DEL TEATRO CHAPÍ

UNA LECTURA HISTÓRICA DEL TEATRO CHAPÍ
Por ANTONIO RAMOS GUTIERREZ
1. Antecedentes
Desde 1885 existió en Villena un Teatro-Circo de madera unos metros más al noroeste de donde hoy se emplaza el actual. Este Teatro tendría características similares al de Orihuela, en período de restauración, pero por su estado ruinoso fue demolido en 1908, Ante esto, la burguesía de la ciudad de la mano del diputado provincial y antiguo alcalde D. Salvador Amorós Martínez, formó una junta pro construcción de un nuevo teatro, que en 1914 emitiría acciones de veinticinco pesetas pagaderas con los beneficios que diera el futuro coliseo, encargando el proyecto al afamado arquitecto valenciano José María Manuel Cortina.
No sabemos a qué obedeció la elección del proyecto de J.M.M. Cortina, pues no hubo un con-curso previo. No debió ser ajeno el dato de la experiencia que en la construcción de teatros tenía nuestro autor, que en 1908 realiza en la capital el hoy demolido Teatro Eslava, de una marcada fantasía neoárabe. Los primeros contactos con el arquitecto se produjeron en junio de 1914, fecha en que la Junta Constructora viaja a Valencia con el objeto de encargar el proyecto a Cortina. A lo largo del mes de agosto se verificó el envío de los planos para la cimentación al alcalde de la ciudad, con lo que se pudo comenzar el derribo en el solar donde se debían instalar los cimientos. Es en este contexto en el que se documenta el primer viaje de Cortina a Villena, que a finales de agosto supervisará el preparado del terreno para proceder e 7 de septiembre de 1914 al protocolario acto de colocar la primera piedra. Pronto las dificultades económicas comenzaron a planear sobre el edificio. las suscripciones no eran suficientes, las previsiones se habían disparado. En 1919, fecha de la paralización de las obras se había gastado más de 150.000 ptas., la Junta no disponía de más y el teatro estaba a medio construir. Por lo que respecta a arquitecto, dejó de dirigir las obras en junio de 1916, siendo sustituido por el que firmaba como arquitecto: Plácido Francés. El motivo último del abandono de Cortina de las obras del teatro, nos es desconocido, si bien tenemos datos que nos hacen pensar en ratones de tipo económico, además, hemos podido comprobar que se vio inmerso en un proceso judicial contra su persona debido a la renuncia de continuar con la construcción, proceso del que quedó absuelto en 1917.
Sección longitudinal Se puede observar el detalle del interior.
2. La huella del arquitecto
El PROYECTO
No cabe duda que, de realizarse, hubiese sido uno de los edificios más ambiciosos del arquitecto conocido por sus casas del Ensanche de Valencia de la calle Sorní y por los panteones reo izados en su cementerio, pues fue arquitecto municipal de cementerios en la capital.
El proyecto se fecha el 25 de febrero de 1915, justo después de las primeras obras de cimentación y por lo tanto después de la inauguración oficial de las mismas, lo que indujo a una nueva emisión de acciones el 1 de julio de 1915. Estas acciones tenían, a modo de timbre, la fachada principal del proyecto, por lo que pronto fue conocida e imaginada ampliamente por la población. La euforia eclipsaría los juicios estéticos a los que se unirían la evidente grandiosidad del proyecto y la cercanía de los ecos levantados por la Exposición Regional de Valencia en 1909, donde la arquitectura medievalista estaba bien representada. Villena se enganchaba de este modo a los vientos de la modernidad.
Pero esta fachada no es un mero medievalismo historicista. J.M.M. Cortina, titulado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 1891, es uno de los mayores exponentes del modernismo valenciano en su vertiente historicista, vertiente que si bien se apunta notoriamente en la fachada principal, adquiere rasgos mucho más definidos en los elementos del interior, de una gran profusión y sentido decorativista afirmado con arcos de herradura, columnas nazaríes, capiteles inspirados en la Alhambra o imitaciones de yeserías. Así, la fachada principal, con características neoárabes y medievalistas apuntadas en los arcos o en el remate del edificio, introduce fantasías que camuflan dichos arcos con las sinuosidades de las ventanas, señalándose en ello el peculiar estilo del autor. Por otro lado, las proporciones y simetrías de la fachada, quedan manifestadas y señaladas por las líneas de jambas que enmarcan las galerías de las ventanas pronunciando su ritmo vertical, que en las esquinas, con esos apuntes de torres y almenas, recuerdan ligeramente la Estación del Norte de Demetrio Ribes. Debemos destacar la curiosa originalidad, dentro de la concepción general del edificio, que suponen dos de sus características: primero ese gran arco de entrada que a modo de rosetón nos evoca al templo religioso; el Teatro como gran templo de la cultura, segundo que el estilo propuesto para el coliseo, un neoárabe con grandes dosis medievalistas, tenía mucho que ver con el rendido homenaje que se le tributaba en su construcción, al oriundo de Villena y uno de los máximos representantes de la Zarzuela: Ruperto Chapí; género e de la zarzuela, típicamente español. Tanto como lo era el estilo propuesto.
LA CONSTRUCCIÓN
J.M.M. Cortina abandonará las obras del Teatro en junio de 1916, con lo que su actuación directa se limitará a algo menos de dos años. De cualquier forma as obras comenzarán con el levantamiento de los pilares de la caja de escenario, avanzando inmediatamente por las fachadas laterales. A juzgar por el expediente de la Tercera División Técnica y Administrativa de Ferrocarriles, fue a lateral derecha la más tardía, pues el permiso necesario al invadir esta última la zona de servidumbre del ferrocarril legaría en 1919, permiso que se encontraría con las obras muy avanzadas, ya que es este preciso momento el de la paralización de las mismas.
No se reanudará la construcción del Teatro de forma casi definitiva hasta el inicio de lo que, orgánicamente, funciona hoy como fachada principal, y que en 1922 se concibió como un edificio independiente de Teatro albergando a sede social del Círculo Agrícola Mercantil. La prensa de la época separa, por un lado, lo que constituía la obra de la mencionada sociedad, por otro el proyecto de construcción del coliseo, normal que así ocurriera si se tiene en cuenta que el C.A.M. era una sociedad privada, mientras que el Teatro quedaría como explotación municipal; además las esperanzas de ver el Teatro terminado se desvanecían con los años, mientras el testigo de los entusiasmos era recogido por la nueva construcción. Los arquitectos valencianos, Garín Hermanos, serán los encargados de realizar el proyecto tendente a ocupar los espacios coincidentes con la fachada y hall de entrada, siendo probablemente ellos los que una vez terminado el edificio del C.A.M., en 1923, procediesen a concluir lo que estrictamente era el Teatro a finales de 1924. Según a escritura de ejecución de obras: «Se encontraban las aguas ya cubiertas por el tejado, estando hechas también las paredes maestras señalando lo que había de ser el escenario y otras dependencias». Cabe suponer que dichos arquitectos se encontraran con las fachadas laterales en un estado similar al que presentan hoy, a tenor de lo que nos indica la escritura de obras, abandonando definitivamente el proyecto de Cortina debido a varios factores: en primer lugar por la búsqueda del ahorro; en segundo lugar por la propia dificultad que entrañaría una lectura radical del antiguo proyecto, y por último, el relativo esquematismo que conservaban las fachadas laterales, dulcificaría el paso de estilos con la fachada principal —C.A.M.— que debemos enmarcar en el momento de la muerte del modernismo. Así, la actual fachada del Teatro Chapí, adolece de un carácter eminentemente ecléctico que nos acerca al lenguaje clasicista imbuido de una cierta racionalidad. Y es que aunque la sociedad separara los proyectos de Teatro y de Círculo, los arquitectos apostaron por un proceso de adecuación de los diversos lenguajes. Fue un proyecto pensado para la integración. Bajo este punto de vista debemos entenderlo: como una construcción componente de una única estructura pero con lenguajes ricos y diferenciados que son testigos de os avatares que lo jalonan.
BIBLIOGRAFIA
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TARRUELLA RICO, F.: «Topografía médica de Villena». Valencia, 1935. Premio Roel (Inédito) Gentileza de F. Alonso Gotor.
(A.M.V.) ARCHIVO MUNICIPAL DE VILLENA
Actas-Teatro: 4-9-1908, 16-6-1916, 20-10-1916, 8-6-1917.
Correspondencia: 10-6-1916,14-10-1916.
Documentos-Teatro: 11-5-1892, 8-3-1916, 5-11-1918, 8-4-1919, 6-1-1919, 14-11-1924.
Extraído de la Revista Villena de 1992 

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