1992 RESIDENCIA DE MINUSVÁLIDOS «PEÑA RUBIA» UNA REALIDAD EN BUSCA DEL BIENESTAR

RESIDENCIA DE MINUSVÁLIDOS «PEÑA RUBIA» UNA REALIDAD EN BUSCA DEL BIENESTAR. Por ADELAIDA MENOR HERNÁNDEZ

Ante la necesidad de dar respuesta a la problemática del minusválido psíquico gravemente afectado, la Asociación APADIS promovió el proyecto ambicioso de construir un centro modelo Ideal, para atender a la población con dicha problemática.

Con la misma ilusión y ambición, la CONSELLERIA DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES asumió el proyecto como propio y costeó su edificación, y, a partir de ahora, su funciona miento.

Hoy, gracias a ambas, es una realidad. La Residencia de Minusválidos «Peña Rubia» ofrecerá a partir del próximo mes de septiembre su servicio a aquellos minusválidos profundos adultos, que por causas derivadas de factores familiares, sociales o de su propia gravedad, no pueden vivir en su casa, resultando imprescindible su ingreso temporal o permanente en el Centro.

Conviene puntualizar a este respecto que estos son individuos que no pueden integrarse en otro tipo de centros; sin embargo, el Centro no debe convertirse en un «cajón de sastre». La inexistencia de otros recursos no justifica e ingreso de casos que no son propios de Centro.

Por otro lado, la separación familiar ha de producirse cuando no existan otras soluciones; por ello, la Residencia es el último recurso al que hay que acogerse, y sólo después de haber agotado otras posibilidades.

Igualmente, el internamiento en el Centro nunca debe significar un solapado abandono familiar, ni mucho menos justificarlo. El contacto con la familia debe ser regular o periódico, incorporándose al hogar y a la vida familiar con la frecuencia con que sea posible.

Además del régimen de internado, hay que tener en cuenta la conveniencia y necesidad de potenciar otras posibilidades, como son el Centro de día en régimen de media pensión) y la estancia temporal (en régimen de internado) justificada por dificultades transitorias.

En este sentido, la Residencia posee una capacidad para 48/50 beneficiarios, y el Centro de día para 20, sumando un total de 70 atendidos, mayores de 16 años, y preferentemente de Villena y su comarca. Serán considerados casos prioritarios los huérfanos, abandonados, de avanzada edad (padres o atendido), con situación económica precaria, etc.

Esta población será atendida por un equipo técnico, compuesto por personal especializado en distintas disciplinas, pedagogía, psicología, medicina, fisioterapia...; un equipo de atención directa, compuesto por 28 auxiliares de clínica, implicándose no sólo como cuidadores, sino también como educadores; y el personal de servicios que, sensibilizado con esta población, resulta ser una pieza más del programa genera de convivencia.

Entre los objetivos a destacar podemos señalar varios, a saber:

La asistencia básica a los residentes debe lograr la cobertura de las necesidades elementales de subsistencia y bienestar. Esto se consigue a través del Servicio de Residencia, entendiéndose como lugar de vida y de convivencia, que ofrece un ambiente acogedor, estimulante y terapéutico, mediante los elementos de forma, color, luz, contextura, etc., y, a través de la asistencia, la organización de la convivencia interna y a integración en el medio, definiéndose en realidad como la vivienda de una comunidad de personas. Asimismo, son importantes para este fin los cuidados y ayudas asistenciales, ejecutados de modo permanente, puesto que son necesarios para la realización de las tareas de la vida diaria (aseo, comida, desplazamientos, control de esfínteres, etc.).

Otro objetivo importante a destacar es lograr el máximo desarrollo posible del potencial individual en sus diferentes aspectos (físico, funcional, psíquico, relacional, ocupacional, etc.), todo ello con la aplicación de las técnicas terapéuticas adecuadas y con el convencimiento de que siempre es posible una mejora y un progreso en el desarrollo de sus capacidades.

En definitiva, lo que habrá de primar en el Centro será la búsqueda del bienestar del atendido, fin último que debemos perseguir todos con ahínco, y a ello irá dedicada nuestra preferente atención. Por encima de todas las consideraciones está la dignidad de la persona humana y el respeto a sus limitaciones, debido a las cuales es necesario facilitare, agotando todos os recursos y alternativas, en la medida de lo posible, el camino hacia la felicidad.

Extraído de la Revista Villena de 1992