Antonio Navarro Santafé
A Navarro Santafé le
dedico este poema a
su querida viuda y a
su sentida Villena.
Como cualquier otro
artista de Villena marchó
a vivir de su trabajo y a
ejercer su vocación.
Triunfó, trabajando el arte
que el mundo ha reconocido
y sus esculturas en el tiempo
a inmortal le han convertido.
En su hogar, allá en Madrid
cuando su salud faltaba
pensó dejarle a su pueblo
una muestra de su alma.
Y comenzó a trabajar
para dejarle a Villena
una parte de sus obras
Que aunque Antonio estuvo
ausente de su pueblo y sus
paisanos en el fondo de su alma
jamás fuimos olvidados.
Antes que el viento de otoño
azote mi frágil cuerpo
antes que el invierno crudo
quiera llevarme al destierro.
Quiero dejarle a mi pueblo l
a muestra de mi trabajo
porque en mis años de ausencia
jamás los he olvidado.
He pasado mil ausencias
mil serenas soledades
mil atardeceres tristes
mil veranos otoñales.
Y nunca en mi mente ha estado
ausente el recuerdo de mi tierra
nunca me olvide de Chapí ni de
mi noble Villena.
En la piedra he esculpido
cuerpos de distintos animales
obras de la creación de Dios
generosidades.
Antonio formaba cuerpos
de tal forma esculpidos que
sólo les faltaba hablar para
que fueran seres vivos_
Estarás con tantos otros que ya
han pasado a la historia de tu
pueblo y tus paisanos no te
irás de sus memorias.
Tu arte no morirá y tu
obra será amada y al
sitio donde tú vas en
paz estará tu alma.
Antonio ha dejado la tierra y
a esculpir se ha ido al cielo y
nos ha dejado nostálgicos
a todos los villeneros.
Villena se sintió triste
porque Antonio nos dejaba
más contemplando sus obras
presente aquí se quedaba.
Ahora hace un año ya
un año que nos dejó el
que fuera gran persona
y un excelente escultor.
Un año ya se ha pasado que
Antonio nos ha dejado en tu
pueblo estás presente y te
admiran tus paisanos.
Por qué te fuiste tan pronto
por qué ya nos has dejado
ahora que no te tenemos
cuánto más no te añoramos.
No apreciábamos las dotes
que en tu pensamiento habían
ese don de transformar la
piedra muerta por vida.
Tu trabajo queda ahí
para el paso de los años
para gloria de Villena de
su hijo muy amado.
Y pasarás a la historia
como otros villeneros, que
a Villena dieron gloria y
gloria merecían ellos.
Nuestra admiración y orgullo
a tu sepulcro te llevas, y
las piedras que tallaste llorarán
de la tristeza de ver que
Antonio se ha ido, que ya no
hablará con ellas que tanta
vida les dio que la piedra fue
belleza.
Y quiso Dios que los montes
de parte de nuestra tierra,
para orgullo de los hombres
hombres de la piedra hiciera.
Miguel Estevan
Extraído de la Revista Villena de 1994
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