Portadores de Nuestra Señora de las Virtudes (Parada n.º 1).
Por ANTONIO GARCÍA LÓPEZ. En nombre de los voluntarios.
En nuestras fiestas de septiembre hay costumbres y tradiciones de diversas y muy variadas características.
De la que ahora hablamos no es que sea de las importantes, pero sí creo puede ser interesante conocerla, al menos como curiosidad o anécdota.
En Villena, lo mismo que en otras poblaciones, existían lo que se conocía con el nombre de «los consumeros». Eran estos unos señores que, llegando a un acuerdo económico de recaudación global con el Ayuntamiento, se encargaban, luego, de recaudar el impuesto municipal por consumo de determinados artículos alimentarios y bebidas, y también sobre el ganado y otros animales que se sacrificaban en las casas de campo para auto consumo.
Este grupo de «los consumeros» tomó a su cargo la responsabilidad de ser portadores de la Virgen sacando la imagen de nuestra patrona en procesión, desde el altar mayor de Santiago hasta la puerta del Ayuntamiento, cruzando, por tanto, toda la plaza de Santiago. No tengo certeza del año en que comenzaron.
Este primer grupo de «portadores» que se le conocía como «la parada de los consumeros», la componían:
• Antonio Hernández Amorós, «El Chacal».
• Joaquín Hernández Amorós, hermano de Antonio, que fue depositario del Ayuntamiento de Villena.
• Antonio Hernández Amorós, «Chinarro».
• Juan Hurtado Amorós.
• Juan Ayelo Hernández.
• José Ferriz Hernández.
• Juan Camarasa García.
• Antonio Hernández Hernández.
En el año 1944 el «titular» de este grupo de portadores, Antonio Hernández Amorós, «Chacal», traspasa esta honrosa obligación y responsabilidad a su hijo Bernardo Hernández Hernández que, a su vez, compromete a sus amigos más íntimos, a familiares y vecinos, quedando esta «primera parada» formada por:
• Bernardo Hernández Hernández, su primo.
• Francisco Hernández de la Torre, hijo de Joaquín Hernández, los amigos de Bernardo: Antonio García López, Juan José González Pastor, Vicente Prats Esquembre y Antonio Valiente Díaz, más los vecinos de Bernardo: Emilio García, «El Cristalero», y Juan Martínez Hurtado.
El paso del tiempo, «los años», hacen que, alguno de ellos, ceda su puesto a sus hijos y, además, la Junta de la Virgen pone en servicio unas nuevas andas para la Virgen, mayores que las anteriores y aumenta el número de portadores a doce en lugar de ocho como antes se necesitaban. Esto supone admitir nuevos familiares y amigos.
En el año 1944 de los «veteranos» del 44 sólo queda Antonio García López. Los demás han «traspasado» esta obligación tan querida a sus hijos: Bernardo a su hijo José Fernando. Francisco Hernández a su hijo Julio. Juan José González a su hijo político, hijo de Bernardo, Antonio Hernández Aznar. Vicente Prats a su hijo Vicente. Juan Martínez a su hijo José M. Martínez.
Ignoro si en las otras «paradas» se darán estas o parecidas circunstancias. Podría ser interesante averiguarlo y dejar constancia de ello. Es también, una forma de hacer «historia festera».
Este año de 1995 Antonio García lo hará en favor de su hijo Vicente.
Al dejar y decir adiós, al cabo de 50 años, a esta muy querida y entrañable «tradición» que, aunque indudablemente suponía una privilegiada «obligación» —que siempre he puesto a disposición de la Junta de la Virgen para quien hubiera querido hacerlo algún año concreto, por «promesa» u otras razones— quiero dejar constancia de que siempre he cumplido esta obligación tan querida, entrañable y, para mí, honrosa, como un acto festero, como un acto de amor, devoción, reverencia y plegaria a nuestra amada patrona.
Y me atrevería a decir que estos mismos sentimientos se dan en todos los que han sido y siempre serán mis compañeros de «parada».
Extraído de la Revista Villena de 1995
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