El Alhorín. Por MANUEL HERNÁNDEZ MICÓ
LA ZAFRA Y SU ENTORNO
La Zafra, pedanía del término de Villena, situada en el valle del Alhorín; según el diccionario español de la Real Academia de la Lengua, estos nombres significan:
• Alhorín/Alfolí: Del árabe Al-hury el hórreo, el granero público.
• Zafra: Del árabe SUFAR o SAFR. Vasija de latón o metal, ancha y poco profunda con agujeritos en el fondo, en que los vendedores de aceite colocaban las medidas para que se escurriesen. Vasija grande de metal en la que se guardaba aceite.
• Zafra: Del árabe SAFAR, período en que amarillentan y maduran las cosechas.
• Zafra: SUFRA, correón que sostiene las varas del carro.
• Zafra: Del árabe SAJRA, piedra, mineral pobre, mezclada con escombros.
A principios de 1400, se nombra en algunos escritos antiguos el nombre de la Zafra, como una partida del término de Villena con una fuente. Esta misma fuente, hoy canalizada hasta el caserío, por una tubería; gracias a la insistencia de Luis Beneito Penadés, entonces alcalde pedáneo, al Ayuntamiento de Villena, ya que la antigua era de obra y se deterioró dejando de llegar el agua.
Tiene esta fuente en su nacimiento, hoy todo seco en la superficie, un lavadero en ruinas donde las mujeres de mayor edad aún lavaron en él.
Cercano a este nacimiento de agua, en las tierras de cultivo hay un lugar llamado de Les Gerres (las orzas o tinajas), donde hoy se pueden apreciar restos de cerámicas y vasijas, bastante abundantes, lo que demuestra que el hombre tuvo aquí alguna forma de hábitat, antiguamente.
En esta partida y en esta fuente fue donde surgió el famoso pleito de los alhorines entre finales de 1400 y principios de 1500. Villena tuvo grandes problemas con los vecinos, de Onteniente y Caudete.
Todo empezó cuando un labrador de Agullent (pueblo cercano a Onteniente), por orden de un jurado llamado Rocher de Onteniente, fue mandado a labrar las tierras en término de Villena, a cuenta de pagarle el diezmo de las cosechas. Enterados los de Villena fueron al lugar, y hallaron a un hombre que tenía hecha una barraca, y dos bueyes con los que araba la tierra.
Intentaron convencerle para que dejase de labrar, pero no lo lograron. Comunicado al consejo de Villena la situación de los hechos acordaron matarle los bueyes y así lo hicieron, matándole uno y dejándole otro herido. Con lo cual empezó una contienda que desembocó en el largo y costoso pleito del Alhorín.
LA ZAFRA Y LA VIRGEN DE GRACIA (Patrona de Caudete)
En la parte del monte, entre la citada fuente y la peña, fue donde en 1414 a un pastor llamado Juan López, hijo de Pedro y María, de la Paz de Paracuellos de la Vega (Cuenca) que estaba apacentando a sus ovejas en la sierra de la Zafra, se le apareció la Virgen de Gracia por primera vez, comunicándole que en cierto lugar cercano a Caudete, llamado Paraje de los Santos, bajo una retama se encontraban unas imágenes escondidas.
El pastor por temor y desconcierto no hizo caso de tal aparición y en el mes de marzo, se fue con sus ovejas a su pueblo y estando abrevándolas en un manantial se le volvió a aparecer, dándole el mismo mensaje que la vez anterior. Para demostrarle quién era y dar fe de su aparición, aquella misteriosa dama sanó el brazo que a este hombre le faltaba o tenía inmóvil desde nacimiento.
Al hacer caso del mensaje se hallaron dos imágenes, una de la Virgen de Gracia, y otra de San Blas, que según cuenta la historia, estaban escondidas desde el año 714, época de la invasión mora en la que fueron arrasados un monasterio que había entonces allí. El abad Fray Ruperto, antes de huir, las enterró dentro del recinto santo.
Desde entonces algunas personas vienen en romería desde Caudete a darle culto a una pequeña capilla que todavía existe al pie del monte, construida por los de Caudete.
Cercano a esta capilla se encuentran unas canteras de tierra, hoy abandonadas, donde las mujeres del valle subían a recoger una arena finísima, blanca o morada, que empleaban para fregar las paellas y utensilios de cocina de metal.
LA ZAFRA, FRONTERA ENTRE CASTILLA Y ARAGÓN
Algo más lejos y en dirección levante, se encuentra la vereda, antigua frontera entre los reinos de Castilla y Aragón (hoy límite entre los términos de Fontanares y Villena) firmada en el Tratado de Almizra el día 26 de marzo de 1244 por el Príncipe Alfonso, posteriormente Alfonso X «El Sabio» de Castilla, y el Rey Jaime I «El Conquistador» de Aragón.
También tiene unos mojones de piedra y de gran altura, algunos superan el 1'50 m., situados desde la carretera de Caudete a Fuente la Higuera, y hasta el monte de la Zafra. En el año 1515 Villena empezó a tener problemas con Fuente la Higuera, y el 18 de mayo de 1551 se amojonaron los lindes.
EL ALHORÍN Y LA ZAFRA EN ÉPOCA ÁRABE
En esta misma vereda al pie del monte existen unas ruinas con un pozo muy antiguo que tiene restos de una cerámica abandonada, llamado el tejar o el (Teular), pero en estas ruinas se aprecian otras más antiguas que podrían ser los graneros estatales que dan nombre a todo el valle en la época árabe. Ya que ALHORÍN significa en árabe «graneros estatales».
En el siglo XI, un personaje muy conocido, IBN SHUHAYD, literato y miembro de una aristocrática familia cordobesa, escribe al Rey de Valencia ABD-AL-AZIZ, nieto de Almanzor, una carta en la que le pide una indemnización por una finca que había pertenecido a su padre, ministro de Almanzor. Según este texto, el padre de IBN SHUHAYD, había sido nombrado por Almanzor gobernador de TUDMIR y de Valencia y le había cedido para su explotación la mencionada finca situada en un lugar indeterminado. Tras nueve años de Gobernador vuelve a Córdoba, con las siguientes ganancias: cuatrocientos dinares de oro y objetos de oro con valor de cien mil dinares y más pertenencias.
Almanzor le exime de impuestos y además le concede dos mil almudes de cereal, trigo y cebada que debía retirar de los ALFOLIES (ALHORINES) o graneros estatales situados cerca de su finca.
La existencia de estos Alfolíes estatales estarían atestiguados por la sequedad del ambiente de la zona frente a la humedad de Valencia y Tudmir, esto llevaría a la instalación en esta zona del grano estatal, producto en especie de las dos coras, graneros que requerían además un sistema de vigilancia suplementario al vial que explicaría la abundancia de fortalezas musulmanas en el Alto Vinalopó. Y de la misma forma la razón por la que el CID, durante el asedio a Valencia, se dirige a Villena a aprovisionarse. La existencia de estos alfolíes estatales y su carácter de nudo vial en época musulmana explicarían la importancia de Villena, y por qué se convertiría en capital del Marquesado, en esta evolución del territorio en época cristiana.
Después de esta carta yo me pregunto por qué tenemos en el Alhorín dos fincas llamadas una CASA MECA y otra CASA BLANCA. La primera tiene el nombre de la ciudad de Arabia Saudí, LA MECA, que es el centro sagrado de peregrinación de todos los musulmanes.
La segunda también tiene en Marruecos una ciudad llamada CASABLANCA, muy antigua e importante.
En cuanto a las ruinas de las tejeras tal vez existiesen ya en época musulmana alguna cerámica que luego a finales del siglo pasado, y principios de éste se aprovechara lo ya edificado para montar, la que hoy se puede apreciar abandonada. Pero al mismo tiempo yo no descartaría que también estuviesen los graneros estatales a que hace referencia la expresada carta.
Las ruinas de las que hemos hablado son bastante extensas, más de una hectárea con abastecimiento de agua del pozo que en épocas lluviosas el agua se podía sacar con la mano.
Respecto al valle los que conocemos estas tierras sabemos que son muy fértiles y sobre todo para los cereales.
Algún día puede ser que la arqueología nos saque de dudas.
EL ACTUAL CASERÍO
El actual caserío, compuesto por unas 23 viviendas, construidas hacia la mitad o finales del siglo pasado, menos alguna que parece más antigua; estaban habitadas por agricultores, jornaleros o pequeños propietarios hasta los años 70, viviendo de forma rural y antigua, es decir, sin luz eléctrica ni agua corriente, alumbrándose con candiles, carbureros y sacando agua de los pozos y aljibes.
Tuvo un importante centro aceitunero, pues lo demuestran sus tres almazaras hoy ya desaparecidas. Tal vez tenga algo que ver el nombre del caserío con esta producción de aceite tan importante.
La iglesia se construyó al estar el caserío formado, cuentan algunos vecinos que sus abuelos llevaron la piedra y materiales para edificarla.
Hubo una escuela donde muchos recuerdan a sus maestros con cariño, y un estanco que permaneció hasta que la gente comenzó a irse a los pueblos.
El correo se recibía por un cartero de Fuente la Higuera hasta 1996.
IMAGEN DE SAN ISIDRO Y LA CAMPANA
En tiempo de la guerra desaparecieron las imágenes y la campana de la iglesia.
Más tarde fue traída de Olot la imagen actual de San Isidro, que se hizo de madera, en el año 1940, siendo alcalde pedáneo Juan Hernández Hernández, de la casa del Hondo, desde donde la llevaron en romería hasta la iglesia. En este día tomaron su primera comunión algunos niños. Esta imagen se pagó de los donativos de todos los vecinos de la Zafra y el Alhorín, que algunas jóvenes de entonces salieron a recoger.
La campana de la iglesia llamada Carmen, se puso en abril de 1943 y fue donada por Vicente Mora Revert y Carmen Micó Francés, padres de Vicente y Carmen Mora Micó de la casa San Diego, siendo estos los padrinos. La ceremonia fue oficiada por el rector D. Pedro García González de la Encina.
En el año 1961 durante unos días, hubo un padre misionero predicando la palabra de Dios, y se vivieron unos días de convivencia y armonía, subiendo al pie del monte donde está la capilla de la Virgen de Gracia, y el antiguo nacimiento del agua, bailando algunos tradicionales bailes como el «rogle» o «rolde» donde el misionero también participaba.
FIESTAS A SAN ISIDRO
Las fiestas según Trinidad, una anciana del caserío, sólo se suspendieron una vez que ella sepa, pues murieron dos hombres en las fechas cercanas a ese día.
En los años 1992, 1993 y 1994 debido a la gran sequía se hicieron rogativas al santo en dos ocasiones, sacándolo en romería por los caminos y casas de campo.
En el principio de la fiesta todo el mundo acudía con carros, a pie o en bicicleta, por la mañana a misa y a la hora de comer lo hacían a la sombra de olmos, carrascas o en casa de algún conocido. Más tarde, en los años 60, aparecieron los tractores y motocicletas, con los que se empezó a dejar las carrascas para comer volviendo a casa.
Hasta los años 80 la fiesta solamente se celebraba el Domingo siguiente a San Isidro, día 15 de mayo, haciendo una misa por la mañana y en la tarde baile bajo un gran olmo que hay en la parte oeste o poniente. Casi siempre era un aficionado el que amenizaba la fiesta tocando su acordeón, e iba algún músico para los pasacalles. Además de esto, se hacían carreras pedestres o de sacos, y algunos juegos de habilidades. Para finalizar, al atardecer se celebraba la procesión al santo y demás imágenes.
Hoy en día, la fiesta empieza sábado, con almuerzo y comida de la comisión. Por la tarde se sueltan vaquillas y por la noche una verbena con alguna atracción entre medias, que dura hasta la madrugada.
El domingo sigue como antes, la misa por la mañana, y en la tarde sigue la costumbre de las carreras pedestres y alguna atracción más de entretenimiento como puede ser vaquilla para los pequeños y mujeres, magos o humoristas. Al terminar comienza la procesión.
El presupuesto del año 1996 aproximadamente fue de un millón de pesetas que se suele recaudar de la Lotería Nacional, una ayuda del Ayuntamiento de Villena y alguna tradicional rifa de un borrego o similar que se realiza al finalizar la fiesta.
La fiesta siempre ha sido realizada por hombres, excepto en el año 1955, en que ésta fue organizada por cuatro mujeres con gran acierto, que fueron Concepción Hernández Micó, Leonor Serrano Ferrero, Maruja Torres Amorós y Queti Navarro (Floristería).
La Comisión de Fiestas la componen todos los años cuatro festeros que se nombran entre los agricultores y vecinos del Valle del Alhorín de Villena.
Esta zona es un punto de encuentro entre dos culturas, la valenciana y la castellana, donde siempre se han vivido las fiestas en paz y con gran armonía, pues toda la vida se han conocido aquí jóvenes que luego formaron sus matrimonios de habla mixta.
Este año (1996) la comisión de fiestas estuvo formada por los siguientes festeros: Antonio Gandía Ribera, Vicente Gandía Gandía, ambos de la Casa de las Cañas. Manuel Hernández Micó de la Casa de Lucas, y de José Vila Vila de la Casa del Carmen. Este último abandonó voluntariamente la comisión unos meses antes de la fiesta.
El día 19 de mayo de 1996, durante la misa se ofreció un pequeño homenaje a Trinidad Navalón, una anciana de 92 años de edad, los cuales ha pasado íntegramente en la Zafra, entregándole una placa en su honor el señor alcalde de Villena y un ramo de flores su señora.
Como invitados a la fiesta estuvieron el Sr. Alcalde de Villena, D. Vicente Rodes Amorós, su señora y varios miembros de la corporación.
Sr. Alcalde de Villena: Vicente Rodes Amorós.
Antiguo Alcalde pedáneo de la Zafra: Luis Beneito Penadés.
Festeros: Antonio Gandía Ribera, Vicente Gandía Gandía y Manuel Hernández Micó (1).
NOTA:
(1) Manuel Hernández Micó es el escritor de estas letras sobre la historia y costumbres de la Zafra.
Extraído de la Revista Villena de 1997
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