La revista VILLENA acude una vez más a la cita anual con sus lectores. Y lo hace en circunstancias que no se producían desde su fundación en 1951, ya que el Ayuntamiento que la edita ha sido elegido libremente por todos los villenenses.
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Esto lleva consigo otra importante novedad, como es la de que el Consejo de Redacción, amplio y diverso, haya podido discutir seriamente los problemas de la publicación y haya tomado sus decisiones mayoritariamente cuando ha sido preciso.
Se observará, con sólo echar una ojeada al índice de colaboradores, que no ha existido discriminación alguna por razones ideológicas. Pero como las colaboraciones espontáneas han sido muy abundantes, en respuesta sin duda al llamamiento que públicamente se lanzó, ha sido forzoso dejar fuera algunas cosas, porque el razonable espacio disponible no daba para más y porque también afecta a estas parcelas la tremenda penuria económica que sufre el Ayuntamiento.
Esto, y la premura de tiempo impuesta por la avanzada época del año en que se formaron las comisiones municipales, han hecho que el contenido gráfico haya tenido que ser más sobrio y austero que en ocasiones anteriores. Confiamos en poder salvar estas y otras dificultades para que la revista llegue a ser lo que todos deseamos: un dignísimo anuario que recoja las inquietudes de la población contempladas desde todos los ángulos y expresadas con absoluta libertad.
Extraído de la Revista Villena de 1979
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