MI MUSA ES VILLENA
Ya se oye de la máquina el silbido que anuncia, que muy cerca está la tierra en donde, por mi suerte, yo he nacido. ¡Miradle! Reclinado allá en la sierra ya se divisa ese rincón querido que un mundo de recuerdos míos encierra. ¡Es Villena, mi musa deliciosa cada día más próspera y hermosa!
Cuando llega Septiembre, siento el peso de esa dulce nostalgia de mi vida, y corro a recibir el grato beso de su ambiente de fiestas, que convida a olvidar de las luchas el proceso... y respiro en su atmósfera, que henchida de colores, de músicas y cantos forma un poema de gracias y de encantos.
Ya se oye de la máquina el silbido que anuncia, que muy cerca está la tierra en donde, por mi suerte, yo he nacido. ¡Miradle! Reclinado allá en la sierra ya se divisa ese rincón querido que un mundo de recuerdos míos encierra. ¡Es Villena, mi musa deliciosa cada día más próspera y hermosa!
Cuando llega Septiembre, siento el peso de esa dulce nostalgia de mi vida, y corro a recibir el grato beso de su ambiente de fiestas, que convida a olvidar de las luchas el proceso... y respiro en su atmósfera, que henchida de colores, de músicas y cantos forma un poema de gracias y de encantos.

Al recorrer sus calles sonriente y ver a mis bellísimas paisanas, añoro aquella edad adolescente en que, con frases suaves y galanas, les decía lo que aún mi pecho siente... que no está bien lo diga, cuando hay canas y con el alma puesta en mí laud he despedido ya a mi juventud.
Vibra en fiestas la fé que necesita para vivir quien mora en tierra ajena, sintiendo, ardientemente, la infinita atracción de tan ínclita Villena, y amante, año tras año, la visita; y al bañarse en su luz clara y serena recoge un optimismo duradero que es, en la dicha, un guía y un mensajero.
¡Villena! Tú me guardas una historia de tiempos venturosos que han pasado; y cuando me los traes a la memoria me siento tan feliz, pueblo adorado, que no aspiro a más dicha ni a más gloria que volver a gozarlos a tu lado... que aún viejo, por verlos otra vez hiciera juventud de mi vejez.
Reunes tales encantos y primores que, cuando te visita un forastero, tu pueblo, que es maestro en los honores, teje, con gesto noble y caballero, la sujestiva red de tus amores donde gustoso queda prisionero... y en su ideal prisión halla el abrazo de tus hijos y un puesto en tu regazo.

Escuche yo, arrobado, la armonía de tu vivir que es ritmo y es sonido. Sienta en mí, intensamente, tu alegría que es susurro y caricia en el oído y presta claridad al alma mía... y sobre lo que siempre te he querido sabré poner, Villena, mi embeleso por tu felicidad y tu progreso.
José E. Puche Esquembre
Valencia Septiembre de 1931.
Extraído del Programa de Fiestas de 1931
1 comentario:
Hermoso poema¡¡ No se puege describir mejor, el amor a tu pueblo.
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