El "Subastaor" de toñas por San Antón. Esta actividad siempre la ejercieron personas, normalmente del campo, con cierto gracejo, a fin de hacer animada la subasta.
En la foto "El tío Cepero", que durante bastantes años desempeñó este trabajo.
Una frase famosa suya, cuando iniciaba la subasta era la siguiente…
¿Cuanto dan por el hornazo?
¿Cuanto dan por el hornazo?
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Estampas inolvidables que, lamentablemente, no podremos de nuevo contemplar. No porque la fiesta deje de celebrarse sino porque el irrefrenable paso del tiempo transforma todo, vestuario, entorno, costumbres. Todo.
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La “hoguerica” no se enciende en la misma plazuela, en ese lugar está el patio y la entrada trasera de la Casa de Cultura, ahora se enciende en la Plaza Pascual Domenech, lugar más amplio, pero sin ese ambiente de sabor a rancio que daba incluso la leña para quemar.
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Han desaparecido las tiendas de Fulgencio o Los Queroles, encargados en aquel tiempo de la ermita, ya no están el carpintero, incluso el humo de los fumadores huele de otra manera.
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Entrando por la calle Mayor, no está Luís “El Pañero”, ni la perfumería de Ferrando, ni la tienda de calzado de Juanico Hernández. En su lugar hay otros establecimientos abiertos al público, bares, tiendas y oficinas de profesionales. Todo tiene otro aspecto ni peor ni mejor, sino sencillamente distinto.
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El paso de los años, como en todo, ha producido un cambio que solo, o casi solo, comprobamos los que contemplamos las fotografías desde la lejanía de la edad. Eso no sé si es bueno o malo, pero de lo que si estoy seguro es de su realidad.
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Debemos tratar de mantener encendida, nunca mejor dicho, la llama de la tradición, para que año tras año podamos, al calor del fuego, relatar las historias vividas a nuestros sucesores.
Fotografías extraídas de la Revista Villena de 1954
Texto... Ernesto Pardo Pastor
Fotografías extraídas de la Revista Villena de 1954
Texto... Ernesto Pardo Pastor
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