El celebrado maestro que cuenta sus triunfos por el número de sus obras, nació en Villena, provincia de Alicante, el día 27 de Marzo de 1851. Desde niño demostró Chapí gran afición á la música, tanto es así, que según tina anécdota que se refiere de él, á los cinco años de edad pidió el niño Chapí á su padre que le dejase aprender la música, demostrando así que tenía verdadera intuición hacia el divino arte. Desde aquella espontánea y precoz manifestación, Chapí fué ya artista; todo su anhelo era estudiar música. Debía presentir desde su infancia la inmensa gloria que sus numerosas é importantes obras debían concederle más tarde.
Pasó Chapí su infancia musical, como podernos llamarla, en su pueblo de Villena, siendo ya nombrado á los nueve años director de una orquesta.
En esta época 1867, Chapí compuso su primera zarzuela en un acto, titulada La estrella del bosque, que aún guarda su autor en cartera como una reliquia.
Después de este ensayo y de comprender claramente hasta donde podía llegar el novel compositor, trasladóse Chapí á Madrid con el afán de ingresar en el Conservatorio Nacional.
Alumno estudioso y aventajado en dicho centro de los Mtros. Galiana, en la clase de armonía, y Arrieta de composición, Chapí al año de haber ingresado en dichas respectivas clases alcanzó en cada una de ellas el primer premio en los concursos de exámenes.
Poco antes, había ganado por oposición, nuestro joven maestro, la plaza de músico mayor de artillería esto era en 1872. En el 74, salió Chapí para Roma como pensionado de número de la Academia de Bellas Artes de aquella capital, premio que obtuvo por oposición y por unanimidad del jurado. En Roma compuso y remitió como trabajos de pensionado, Polaca de concierto para orquesta, ejecutada por la «Unión artístico musical»; Motete á siete voces, al uso de los maestros del siglo XVI; La hija de Jefte, ópera en un acto ejecutada en Madrid, en Mayo de 1875; copias de una misa de Victoria y de un Motete de Morales; Monografía de las obras de autores españoles que existen en el Archivo de la Capilla Sixtina; La muerte de Garcilaso, ópera en un acto remitida desde Milán; poema sinfónico Escenas de capa y espada.
En Paris compuso la ópera en tres actos Roger de Flor y una sinfonía á cuatro tiempos. Pasó otra vez á Roma como pensionado de mérito de aquella Academia, y luego trasladóse á París para estudiar la Exposición Universal de 1878.
Una de las obras que más popularidad le dieron entonces, fué la célebre Fantasía morisca, ejecutada en Abril de 1878 por la «Unión artístico musical», dirigida por el maestro Bretón.
Al regresar Chapí de sus estudios por el extranjero dedicóse plenamente al género de zarzuela. El inmenso éxito de La tempestad patentizó el augurio de sus primeros años llegando Chapí al punto donde quería llegar. En la imaginación musical de nuestro maestro no hay horizontes. Todo lo que él quiere hace en un pentágrama. Después de las celebradas zarzuelas, El Rey que rabió, El milagro de la Virgen, La Bruja. y otras, nos presenta Chapí ahora su último drama lírico que tan grandioso éxito acaba de obtener en el teatro Parish de Madrid, Curro Vargas, uno de cuyos números más salientes tenemos el gusto de ofrecer en el presente ALBUM MUSICAL, de esta revista.
Portada de 1887 (no incluido en el periódico)
De esta obra nos ocuparemos con la debida extensión en su lugar correspondiente. En una palabra, para probar verdaderamente la laboriosidad y genio musical de nuestro biografiado, bástanos solo relatar el número de composiciones compuestas por el maestro Chapí, desde Mayo de 1873, que representaron su primera producción, á la fecha, todas estrenadas con éxito. Ochenta y dos obras dramáticas, que suman en total, ciento veintidós actos; nueve piezas concertantes; cinco del género religioso y siete de piano y canto.
Más, no puede decirse de Chapí, porque es verdaderamente asombroso su genio musical.
Extraído del Periódico La Música Ilustrada 1898
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