MOCHILAS Y CAPAS - ARCABUCES Y LANZAS
Cerrando el desfile de mochilas a pasodobles y abriendo el de capas a marcha mora, es como desfila este Bando Marroquí, desde que los más antiguos de la comparsa tienen en la memoria.
Esta dicotomía, (que no rivalidad), entre «arcabuceros y lanceros», hace que se tenga una idiosincrasia peculiar aunque no lo crean los que están fuera de nuestro bando; es posible que las escuadras de capas, desfilen en plan más alegre y retozón mientras que las de mochilas lo hagan con un aire más serio y marcial, —para eso son los que abren el desfile de esta comparsa ¿no?—.
Pero llevemos nuestra mente un poco al pasado y recordaremos, como así nos lo apuntan nuestros mayores y ya hemos dicho que desde siempre se desfila con esta diversidad de mochilas y capas.
Los integrantes de las mochilas, eran una especie de privilegiados que cada año, por sorteo, se ponían el delantal, arcabuz y demás enseres y en dos escuadras de nueve marruecos, desfilaban al son del pasodoble, los demás, los que no les había tocado ese año, tendrían que conformarse con desfilar con las capas.
Así pues, desfilaban en primer lugar la arcabucería y detrás la caballería: sí, digo bien porque las capas desde su inicio realizaban desfiles ecuestres, en un principio con la caballería más rudimentaria de laboreo y arrastre como las mulas y burros (con perdón) y posteriormente desfiles más «sofisticados» a lomos de caballos y yeguas; sin olvidar en tono jocoso, aquel desfile motorizado de una escuadra a lomos de.... ¡unas vespas!, eran pues «moros motorizados».
Por otra parte, las mochilas, seguían desfilando en número de dieciocho (costumbre hasta hace relativamente poco tiempo, practicada. Actualmente, esos números «clausus» han desaparecido y no hay traba alguna en desfilar con uno u otro bloque).
Quién no se acuerda de los desfiles en los que éstos realizaba sus tradicionales figuras como la estrella o la silueta de la Virgen que sus componentes ejecutaban a los acordes de la banda de música por las calles de Villena, muy bien guiados todos ellos por una «institución» dentro de los cabos de nuestras fiestas como es Pepe «Caracoles». Ahora, recordarán estos marruecos con añoranza y ganas de volver al pasado, las horas remotas, gastadas con ilusión en el camino del Molino, donde todos los años, fechas antes de Septiembre, se juntaban para ensayar el desfile.
El vestuario de cada bloque también tiene sus peculiaridades guardando, eso sí, fidelidad al traje oficial; mientras que los lanceros utilizan capa blanca (aunque un año fuera color azul) los arcabuceros emplean la mochila y el delantal (y en desfiles no oficiales se desfila «con hachas»). Parece ser que realmente los moros, utilizaban este delantal porque eran los encargados de fabricar la pólvora con la que cargar los arcabuces y de esta manera, resguardar, en lo posible, el traje.
Y bien, esperando que hayamos traído gratos recuerdos de antaño, hemos de despedirnos con una expresión que no por tan usual es menos placentera: Día cuatro que fuera... y Felices Fiestas a todos. Gracias.
(Bando Marroquí) Vicente Juan García Marín
Extraído de la Revista Día 4 que fuera de 1987
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