7 ago 2023

1992 LA ANTIGÜEDAD DE LAS FIESTAS DE VILLENA

LA ANTIGÜEDAD DE LAS FIESTAS DE VILLENA
Por José Fernando Domene Verdú
Este año se celebra el 150 aniversario de la primera referencia histórica a las comparsas de Moros Viejos y Cristianos, que no de su origen porque éste, por desgracia para nosotros y debido a su antigüedad, nos es desconocido a causa de la ausencia de los datos históricos empíricos que nos lo pudieran indicar, Y es que en Villena compartimos el honor y el privilegio de esta carencia de referencias históricas al origen de las comparsas más antiguas, signo ineludible de su antigüedad, con todos los demás pueblos que cuentan con unas fiestas de Moros y Cristianos centenario o, más exactamente, anteriores a la implantación del régimen liberal en España en 1834, que es cuando empiezan a aparecer las referencias a las fiestas de Moros y Cristianos en los documentos oficiales y en otros medios de comunicación (Alcoi, 1838; Biar, 1840; Beneixama, 1841; Villena, 1843; Xixona, 1847; etc.).
Con este motivo, es obligado dar un repaso a los datos históricos que aluden a la antigüedad de las comparsas de Moros Viejos y Cristianos, porque la antigüedad de las dos comparsas más antiguas de las Fiestas de Moros y Cristianos es también, indudablemente, la antigüedad de las Fiestas de Moros y Cristianos mismas (embajadas y guerrillas). Y ésta es, a su vez, distinta e independiente de la antigüedad de las Fiestas de la Virgen, o fiestas religiosas (romerías, procesión, etc.), que son muy anteriores (en 1474 según la tradición, pero en 1490 según todos los datos históricos existentes).
Las referencias históricas existentes sobre el origen de las comparsas de Villena son de dos tipos: directas, que suelen ser contemporáneas al hecho histórico al que se refieren y están redactadas por personas implicadas en él; o indirectas, que siempre son muy posteriores al hecho al que se refieren y han sido hechas por personas que no estuvieron implicadas en él.
Referencias históricas directas
Considerando el año de 1884, en que se inicia la publicación anual del programa de fiestas y con ella un mejor conocimiento de nuestras fiestas, como una nueva etapa en la historia de éstas, las referencias históricas directas a las comparsas de Villena anteriores a esta fecha son las siguientes:
1838: se describen las Fiestas de Moros y Cristianos de Biar de ese año en el «Semanario Pintoresco Español» publicado en el año siguiente con fecha 5-5-1838, en el que se alude a la traída de la Mahoma a Villena, lo que supone la existencia en Villena de una comparsa de moros encargada de traerla y, por tanto, de Fiestas de Moros y Cristianos.
1843: primera referencia tradicional a las fiestas de Moros y Cristianos de Villena y construcción del primer castillo de embajadas, según José María Soler (1976).
1845: existen ya dos comparsas, una de Moros y otra de Cristianos (Soler, 1976), según el documento de 1846, en el cual se hace referencia a «las fiestas de moros y cristianos con fuegos artificiales» del año anterior, al advertir el Gobernador Civil al alcalde de Villena sobre el mantenimiento del orden público durante las mismas.
1846: el 27 de agosto, el Gobernador Civil de Alicante permite que se celebren las «fiestas de moros y cristianos» de ese año, a pesar de los «disgustos» habidos en el año anterior: «Concedo á V, la licencia que solicita para que en los días 7 y 8 de próximo septiembre puedan celebrarse en esa ciudad las fiestas de moros y cristianos con fuegos artificiales, pero recuerdo á V. que hubo disgustos en el año anterior».
1857: a las dos comparsas ya existentes se les añade otra de Romanos, que no eran otros que los romanos que participaban en las procesiones de Semana Santa (Soler, 1976).
1863: piden permiso al Ayuntamiento para participar en las fiestas tres comparsas: Moros, Cristianos y Romanos. La Comparsa de Moros es, obviamente, la de Moros Viejos.
1868: en el informe sobre las fiestas de Villena que hace al Ayuntamiento al gobernador civil de Alicante, D. Luciano Marín, se cita a las comparsas existentes en ese año y entre ellas a la de Moros: «El 2º día atacan los moros la fortaleza, la asaltan y se posicionan en ella, y colocan en sus almenas una estatua representando a Mahoma». También se cita a la Comparsa de Cristianos, que «desde principios de este siglo adoptaron el traje usual de los labradores», y a la de Romanos: «El primer día guarnece dicho castillo una comparsa de labradores, unidos a otra vestida a la romana».
1884: se edita el primer programa de fiestas y el libro de José Zapater, apareciendo por primera vez en este último la Comparsa de Moros Viejos con su nombre actual (Zapater, 1974, 97).
En 1843, solamente se alude al castillo de madera pero no a las comparsas, aunque obviamente hay que suponer que si existía el castillo de embajadas, tenía necesariamente que existir, al menos, una comparsa de moros y otra de cristianos. Y lo mismo ocurre con el artículo de 1839 referido a las fiestas de Biar de 1838, que sólo alude de forma expresa a la traída de la Mahoma a Villena, lo que supone la existencia en Villena de una comparsa de moros que fuera la encargada de traerla. Por otra parte, la referencia de 1843 es un misterio porque en el Archivo Municipal no existe actualmente ningún documento de ese año relacionado con las fiestas de moros y cristianos, y Zapater (1974, 99) dice que el castillo de embajadas se construyó en el primer tercio del siglo XIX, sin especificar el año.
Por lo tanto, la primera referencia expresa a las dos comparsas más antiguas de Villena es el documento de 1846, en el que aparece por primera vez la denominación de «fiestas de moros y cristianos», y que se refiere también a las del año anterior, 1845. Este documento tiene un interés indudable para las fiestas de Villena y, por ello, es interesante conocerlo en su totalidad. Dice lo siguiente:
«Concedo a V. la licencia que solicita para que en los días 7 y 8 del próximo septiembre puedan celebrarse en esa ciudad las fiestas de moros y cristianos con fuegos artificiales, pero recuerdo a V. que hubo disgustos en el año anterior. Tenga V. pues entendido que siempre será responsable si por cualquier motivo se alterase el orden público. Dios guarde a V. m.a. Alicante, 27 de agosto de 1846».
Pero las comparsas de Moros Viejos y Cristianos, al igual que las Fiestas de Moros y Cristianos, no se fundaron el año 1843, ya que, aunque no conocemos la fecha de su fundación, sí que existen datos históricos suficientes que demuestran que ésta tuvo lugar antes de ese año.
En primer lugar, el hecho de que en 1838 ya se trajera la Mahoma a Villena, según relata a revista «Semanario pintoresco español» del año siguiente, con fecha del 5-5-1839 (5 días antes de las fiestas de Biar de ese año), ya lo demuestra por sí solo. José María Soler cita también la traída de la Mahoma a Villena, pero la fecha en el año 1841 en su comunicación del I Congreso de Fiestas de Moros y Cristianos, celebrado en Villena en 1974 y publicado en 1976. Por otro lado, se describe este mismo hecho con todo detalle en el artículo de los Moros Viejos de la revista «Día 4 que Fuera» del año pasado (1991), pero fechándolo en 1840, a la vez que se cita el artículo de la Revista de Fiestas de Biar de 1972 en el que se publicó por primera vez. Se puede establecer, por tanto, la fecha de 1838 como la de la primera referencia a la traída de la Mahoma a Villena y, por tanto, también a las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena porque los «vecinos de Villena» aludidos tenían que ser sin duda los componentes de la comparsa de moros mencionada en 1863:
«Los de Biar y algunos más se esparcen indistintamente por los costados de la plaza, los de Villena se colocan a la derecha del castillo, los de Castalla ocupan la izquierda... Los vecinos de Villena y Castalla se arrojan a él, desatan los restos de Mahoma y asidos a ellos se disputan a golpes la honra de llevarlos... Vencen los de Villena, así por su mayor número como por la protección que le dispensan los de Biar, y llenos de gozo arrastran los restos camino de su pueblo».
Pero hay más. En el informe de 1868, ya citado, escrito tan sólo 25 años después de la primera referencia de 1843, después de describir detalladamente las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena, se dice textualmente que:
«No existe noticia alguna histórica sobre el origen de estos festejos».
El hecho de que sólo 25 años después de 1843 se ignore el origen de las fiestas de Villena incluso por el mismo Ayuntamiento evidencia claramente que el origen de éstas, y por tanto el de la Comparsa de Moros Viejos, es muy anterior a 1843, al menos en tres generaciones (75 años) respecto a 1868, ya que esto indica que ni siquiera los más viejos lo recordaban, lo que nos lleva a situarlo a finales del siglo XVIII, como más tarde.
Pero José Zapater y Ugeda, en su libro publicado en 1884, lo especifica todavía más, situando el origen de las comparsas más antiguas antes del primer tercio del siglo XIX, o sea, en el XVIII como más tarde (págs. 98 y 99).
«Estas comparsas han ido creándose paulatinamente con el deseo de dar mayor esplendor a dichas fiestas, pues hasta el primer tercio del presente siglo no había más que las de Moros y Cristianos... El referido castillo también es obra del presente siglo, y se debe a iniciativa de los ya citados Clemente Sáez y Manuel Fita. Estos dos hijos de Villena, en el primer tercio de este siglo, deseosos de dar mayor realce a las fiestas de la Virgen, y con el fin de dar forma a las escaramuzas de Moros y Cristianos, que entonces se conocían con el nombre de la soldadesca, pensaron en colocar un castillo de madera en el centro de la puerta de Amansa durante las fiestas de septiembre, para que los moros y cristianos tuviesen un punto que combatir».
Por lo tanto, Zapater, tan sólo 41 años después de 1843, sitúa la aparición de las comparsas en el siglo XVIII y la construcción de castillo de embajadas en el primer tercio del siglo XIX, sin que hable paro nada del año 1843, lo que demuestra que en ese año ya existía tanto a comparsa de Moros como el castillo de embajadas. Pero, además, especifica que éste se construyó «con el fin de dar forma a las escaramuzas de Moros y Cristianos, que entonces se conocían con el nombre de la soldadesca», indicando con la palabra «entonces» que las «escaramuzas de Moros y Cristianos» ya existían cuando se construyó el castillo de embajadas, o sea, que eran anteriores a éste. Hay que pensar que José Zapater nació en 1826, por lo que en 1843 tenía 17 años, y sin duda habría recordado la aparición de las dos primeras comparsas, y de las fiestas mismas, de haberse producido en ese año.
Y ya no existen más datos históricos sobre las comparsas de Moros Viejos y Cristianos anteriores a 1884. Sin embargo, teniendo en cuenta que la comparsa de Cristianos es la heredera directa de la antigua soldadesca, y que ésta existe en Villena desde el siglo XVI el origen de las fiestas de moros y cristianos lo determinó la aparición de la primera comparsa de moros, o sea, la de Moros Viejos. O, lo que es lo mismo, la aparición de la primera comparsa de moros fue simultánea a la aparición de las fiestas de moros y cristianos, por sentido común. Por tanto, sabiendo cuando aparecieron las fiestas de moros y cristianos en Villena se sabrá también cuándo apareció la primera comparsa de moros.
Referencias históricas indirectas
No existen referencias directas sobre las fiestas de moros y cristianos de Villena anteriores al año 1838. Sin embargo, existen referencias indirectas y datos históricos suficientes que aseguran la existencia de fiestas de moros y cristianos desde mucho antes de esa fecha. Son las siguientes:
El libro de José Zapater, publicado en 1884, en el que afirma que «hasta el primer tercio del presente siglo no había más que las de Moros y Cristianos...».
El informe de 1868, ya citado, en el que se fecha la aparición de la comparsa de Cristianos en el siglo XVIII o antes: «El primer día guarnece dicho castillo una comparsa de labradores unida a otra vestida a la romana». Aclara después que esa comparsa de labradores que cita, era en realidad la de los Cristianos que habían cambiado su atuendo, y especifica, refiriéndose a la comparsa de Cristianos, que «por espacio de muchos años iban vestidos a la antigua española, pero desde principios de este siglo adoptaron el traje usual de los labradores». Por lo tanto, la comparsa de cristianos existía ya en el siglo XVIII vestida «a la antigua española», traje que recuperaron a finales del siglo XIX y que han conservado con distintas modificaciones nada menos que hasta el año 1964, en que lo sustituyeron por el actual.
El mismo informe de 1868 especifica que «desde hace más de 200 años se estableció la costumbre en los vecinos de esta ciudad de formar comparsas entre ellos, armados con los antiguos arcabuces...», por lo que el origen de las dos primeras comparsas hay que situarlo, según este documento, antes de 1668, que es casualmente el año del que data la primera noticia de las fiestas de Alcoy.
La denominación de «soldadesca», que aparece por primera vez en Villena en lo rogativa de 1750 y que se sigue utilizando hasta el año 1900 en los programas de fíes. tas, cuando hacía ya mucho tiempo que existían las comparsas. Por tanto, la palabra «soldadesca» se refería a las comparsas de moros y cristianos con toda seguridad desde 1838 hasta 1900y, muy probablemente, también desde 1750 hasta 1838, ya que no se establece ninguna diferencia semántica entre los dos tipos de soldadesca, con comparsa de moros o sin ella. Pero es José Zapater quien confirma esta identificación entre las comparsas y la soldadesca al decir, textualmente: «... con el fin de dar forma a las escaramuzas de Moros y Cristianos, que entonces se conocían con el nombre de soldadesca...». Otros textos confirman también esta identificación, como el memorial del Concejo celebrado el 17-8-1860, que dice: «Un grupo de vecinos de los que forman las comparsas de las que salen en la Soldadesca...». O como en el informe de 1868, refiriéndose a las fiestas de Biar: «Con motivo de la proximidad del pueblo de Biar, en donde también desde hace muchos años celebran sus fiestas con soldadesca de moros y cristianos, se introdujo en esta ciudad la misma costumbre, y a su imitación se construyó un castillo de madera...».
El Acta de 1746 permite aclarar la identidad semántica en Villena entre las palabras «soldadesca» y «fiesta de moros y cristianos» al hacer una clara distinción entre las dos formas de disparar, existentes todavía en nuestras fiestas, o sea, entre «salvas de arcabucería» y «el continuo fuego de una compañía de fusileros». Las salvas de arcabucería se refieren a las efectuadas por la soldadesca en las romerías y en el recibimiento y despedida de la Virgen, pero el problema lo plantea el continuo fuego de una compañía de fusileros. Para aclararlo, hay que referirse al programa más antiguo existente, el de 1884, en el que se dice que la Virgen se recibe en la iglesia de San Sebastián de esta manera: «... al llegar la Imagen harán tres descargas cerradas y, sin disparar más, se pondrán en línea dispuestos para entrar en la población». Llegarán a la plaza de Santiago «... para saludar a nuestra Patrona con las dos descargas de costumbre,...». De aquí se infiere que no había un «continuo fuego» en los dos actos religiosos, sino simplemente «salvas de arcabucería». Luego, «el continuo fuego de una compañía de fusileros» tenía que corresponder necesariamente a otros actos no religiosos, que no podían ser otros que las embajadas y guerrillas, tal como se sigue realizando hasta ahora en ellas, lo que permite deducir que la fiesta de moros y cristianos propiamente dicha existía ya en el año 1746.
No es imprescindible que se utilizara de forma expresa la denominación de «comparsa de moros» para que ésta existiese, sino que una parte de la soldadesca podía vestir con indumentaria mora sin necesidad de que este hecho se especificara expresamente y sin que existiera castillo de embajadas. Por ejemplo, en Bocairent se hicieron fiestas de moros y cristianos oficialmente por primera vez en 1860, según acordó el Consejo General de la Villa en noviembre de 1859, y fue entonces cuando se introdujo un castillo de madera y un texto escrito para las embajadas. Sin embargo, se sabe con certeza que la comparsa de Moros Viejos existía ya mucho antes de 1860 y, según Vañó, probablemente los «piqueros» de la «Compañía de Soldats» del siglo XVII vestían de moriscos en las fiestas, ya que la soldadesca del siglo XVII se denominaba en Bocairent «Compañía de Soldats» y estaba formada por arcabuceros, piqueros y mosqueteros, que en el siglo XVIII se pasaron a denominarse, respectivamente, «Tomasinas, Moros Viejos y Mosqueteros» (Vañó, 1982, págs. 59-62 y 73).
En 1575 se festeja en Villena el parto de la Reina con «justas entre caballeros». Según José María Soler, en este acto uno de los dos bandos de dichos caballeros se solía vestir con indumentaria musulmana.
El motivo de que las comparsas de moros y cristianos no se citen en la documentación oficial hasta 1843, a pesar de existir desde mucho tiempo antes, es fácilmente explicable. Las razones son meramente políticas, debidas a la censura que se ejercía en el Antiguo Régimen contra todas las manifestaciones culturales de origen popular, y por supuesto contra las políticas, sobre todo si contradecían la monarquía absoluta entonces vigente. Así, Felipe V llegó incluso a prohibir las fiestas de moros y cristianos en 1707, tras la batalla de Almansa, hasta el año 1741; y lo mismo ocurrió con las corridas de toros, que también llegaron a prohibirse por Carlos III en 1785, tras pasar por muchos años de obstáculos y dificultades. A ello colaboraba la oligarquía local de cada municipio y Villena es un buen ejemplo de ello, ya que el regidor (concejal) José Selva se adelantó al mismo Carlos III y prohibió que se celebraran vacas y toros en 1774, antes de la prohibición real, para el tercer centenario de la aparición de la Virgen.
Así se explica perfectamente que las referencias oficiales a las fiestas empiecen a aparecen después de la caída del Absolutismo con la muerte de Fernando VII y de la implantación del régimen liberal en 1833 y 1834, respectivamente (Alcoy edita su primer programa de fiestas en 1839), pero sobre todo durante el Trienio Progresista, entre 1840 y 1843 precisamente. Es la Regencia de Espartero, durante la cual gobierna el Partido Progresista de Joaquín María López, que realiza las principales reformas económicas, sociales y políticas tendientes a la liquidación del Antiguo Régimen (abolición de los mayorazgos, continuación del proceso desamortizador, etc.), y en la cual aparecen las primeras referencias a las fiestas de moros y cristianos de Biar (1840), Beneixama (1841) y Villena (1843).
Apéndice Documental: Informe de 1868
Para completar las noticias que dio V. a este Gobierno en 20 de agosto pasado sobre Santos Titulares o Patronos de ese municipio, sírvase Y. dirigirme una breve reseña de los festejos en los días 6, 7 y 8 de septiembre de cada año, manifestando si por medio de la soldadesca de moros y cristianos se recuerda algún acontecimiento histórico, y si es antigua esa práctica en la ciudad, y si consta todo por escrito, o se sabe no más tradicionalmente.
Dios guarde a V. m.a. Alicante, 14 de septiembre de 1868.
Enterado de lo que Vd. tiene a bien prevenirme en su oficio de 19 del actual, paso a manifestar a Vd. lo que hay en el particular.
Desde hace más de 200 años se estableció la costumbre en los vecinos de esta ciudad de formar comparsas de entre ellos, armados con los antiguos arcabuces, y arreglados por parejas, ir disparando delante de la procesión de la Virgen de las Virtudes, que se celebra el día 8 de septiembre, y acompañarla después, cuando el día 9 regresa a su Santuario, que dista como una legua de esta ciudad. Por espacio de muchos años iban vestidos a la antigua española, pero desde principios de este siglo adoptaron el traje usual de los labradores.
Con motivo de la proximidad del pueblo de Biar, en donde también desde hace muchos años celebran fiestas con soldadesca de moros y cristianos, se introdujo en esta ciudad la misma costumbre, y a su imitación se construyó un castillo de madera que se coloca en una de las plazas de esta ciudad la víspera de las fiestas. El primer día guarnece dicho castillo una comparsa de labradores, unidos a otra vestida a la romana; en el segundo día atacan los moros la fortaleza, la asaltan y se posesionan de ella, y colocan en sus almenas una estatua representando a N ahorna; y en el tercer día vuelven los cristianos a atacar el castillo, se apoderan de él y le pegan fuego a la estatua, cuya cabeza está llena de pólvora y estalla saltando los cascos a bastante distancia. En los tres días antes de los ataques hay embajadas, que se comunican a voz alta y en ademán de representación, entre los del castillo y los sitiadores.
Las diferentes comparsas nombran el último día de fiestas sus respectivos capitanes y abanderados, a cuyas órdenes están en las funciones del año próximo.
No hay noticia alguna histórica sobre el origen de estos festejos.
En algunos años suele dispararse en las dos últimas noches una cuerda y un castillo de fuegos artificiales.
Es cuanto puedo manifestar a Vd. sobre este particular.
Dios guarde a Vd. m.a. Viena, 18 de septiembre de 1868.
BIBLIOGRAFIA
DOMENE VERDU, J.F. y SEMPERE BERNAL, A. (1981 das fiestas de Moros y Cristianos de Villena, Alcoy, 1989,
MOROS VIEJOS (1991); «Mahoma», Boletín Día 4 que fuera. Número extraordinario, 1991,
SOLER GARCIA J.J. (1976) «EI origen de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena», I Congreso Nacional de fiestas de Moros y Cristianos, 1974. Alicante, 1976
— (1984), «Las fiestas de la Virgen; soldadescas, comparsas y toros», Boletín Día 4 que fuera, 1984
VAÑO SILVESTRE F. (1982); «Bocairente, fiestas a San Blas Obispo y Mártir. Soldadesca, Moros y Cristianos», 1982
ZAPATER UGEDA, José (1974); «Historia de la Imagen de Ntra. Sra. de las Virtudes», 1884 Reeditado en 1974.
Extraído de la Revista Villena de 1992

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