HOMENAJE A D. JOSÉ Mª SOLER
Los toros en el siglo XIX
A principios del siglo XIX, las cuatro corridas de vacas vinieron celebrándose con normalidad durante el mes de agosto, en fechas que oscilaban desde el día 10 al 17. En 1801, vista la petición de don Pedro Fernández de Palencia en solicitud de una lismona del producto de las corridas para la función de Nuestra Señora de las Nieves, se acuerda que, una vez vista la recaudación, se declarará lo procedente.
El 8 de agosto de 1825, en plena reacción absolutista de Fernando VII tras la guerra de la Independencia, se recuerda la Ordenanza de la ciudad que autoriza hacer corridas de novillos todos los años con las vacadas del término, y se acuerda realizarlas, a ser posible, los días 14, 15 y 16 de agosto, dando cuenta al Capitán General de que el producto de aquellas corridas se invertirían en restaurar la Fuente, que se hallaba destruida. El 25 de julio de 1827, se trató en el Ayuntamiento de la función de novillos "que de inmemorial privilegio se ha celebrado en esta ciudad", y se acordó hacerla los días 12, 15 y 19 de agosto en la Plaza Real, "según se ha ejecutado en los últimos años de 1825 y 1826 en razón de su mejor proporción para armar los tablados y evitar toda desgracia". Suponemos se trata de la nueva denominación que se dio a la plaza después de abolida la Constitución. Se decidió también sacar su arriendo a pública subasta bajo las mismas condiciones de los años anteriores.
Animados quizá por el éxito de los últimos festejos, el 23 de agosto de aquel mismo año de 1827, un grupo de vecinos integrado por Francisco Hurtado, Sebastián García y Mateo Perpiñán, solicitaron autorización para dos nuevas corridas en los domingos inmediatos, destinados a los fondos de Nuestra Señora de las Nieves y de Jesús Nazareno, lo que se les autorizó con la condición de hacer también partícipe al convento de San Francisco.
El 5 de agosto de 1828, se acordó sacar a subasta pública la construcción de la plaza para las acostumbradas corridas que habían de celebrarse los días 15, 16 y 17 de aquel mes, pero don Miguel Pérez, que tenía apartadas ya dos corridas en Sax, suplicó que se retrasasen algunos días, por tenerlas ya ajustadas cuando el Ayuntamiento fijó sus fechas. El Ayuntamiento decidió reservar el ganado de don Miguel Pérez para correrlo el día 24, siempre que se reunieran las demás reses para los días señalados.
El 10 de agosto de 1832, ya en las postrimerías del reinado de Fernando VII, volvió a recordarse en el Ayuntamiento el privilegio de celebrar anualmente corridas de novillos, y se acordó realizarla "como había sido costumbre inmemorial", sin perjuicio de ponerlo en conocimiento del Capitán General del Ejército de los reinos de Valencia y Murcia.
El 13 de julio de 1848, en pleno período de agitación revolucionaria contra los gobiernos de Isabel II, tres vecinos de Villena: José M.`- Reus, Joaquín Navarro y Antero Jorge, solicitaron celebrar tres corridas de novillos los días 13, 14 y 15 de agosto, por ser ésta "una de las más escogidas funciones para la distracción pública tan deseada al carácter español de los vecinos de esta población". Se celebrarían en la Plaza Constitucional, que había recuperado su denominación anterior, y ofrecieron que una parte del producto se destinaría a beneficiencia. Tres días después, el Gobernador Civil del distrito de Alcoy, don Juan Rico y Amat, autorizó la celebración de aquellas corridas.
A principios del siglo XIX, las cuatro corridas de vacas vinieron celebrándose con normalidad durante el mes de agosto, en fechas que oscilaban desde el día 10 al 17. En 1801, vista la petición de don Pedro Fernández de Palencia en solicitud de una lismona del producto de las corridas para la función de Nuestra Señora de las Nieves, se acuerda que, una vez vista la recaudación, se declarará lo procedente.
El 8 de agosto de 1825, en plena reacción absolutista de Fernando VII tras la guerra de la Independencia, se recuerda la Ordenanza de la ciudad que autoriza hacer corridas de novillos todos los años con las vacadas del término, y se acuerda realizarlas, a ser posible, los días 14, 15 y 16 de agosto, dando cuenta al Capitán General de que el producto de aquellas corridas se invertirían en restaurar la Fuente, que se hallaba destruida. El 25 de julio de 1827, se trató en el Ayuntamiento de la función de novillos "que de inmemorial privilegio se ha celebrado en esta ciudad", y se acordó hacerla los días 12, 15 y 19 de agosto en la Plaza Real, "según se ha ejecutado en los últimos años de 1825 y 1826 en razón de su mejor proporción para armar los tablados y evitar toda desgracia". Suponemos se trata de la nueva denominación que se dio a la plaza después de abolida la Constitución. Se decidió también sacar su arriendo a pública subasta bajo las mismas condiciones de los años anteriores.
Animados quizá por el éxito de los últimos festejos, el 23 de agosto de aquel mismo año de 1827, un grupo de vecinos integrado por Francisco Hurtado, Sebastián García y Mateo Perpiñán, solicitaron autorización para dos nuevas corridas en los domingos inmediatos, destinados a los fondos de Nuestra Señora de las Nieves y de Jesús Nazareno, lo que se les autorizó con la condición de hacer también partícipe al convento de San Francisco.
El 5 de agosto de 1828, se acordó sacar a subasta pública la construcción de la plaza para las acostumbradas corridas que habían de celebrarse los días 15, 16 y 17 de aquel mes, pero don Miguel Pérez, que tenía apartadas ya dos corridas en Sax, suplicó que se retrasasen algunos días, por tenerlas ya ajustadas cuando el Ayuntamiento fijó sus fechas. El Ayuntamiento decidió reservar el ganado de don Miguel Pérez para correrlo el día 24, siempre que se reunieran las demás reses para los días señalados.
El 10 de agosto de 1832, ya en las postrimerías del reinado de Fernando VII, volvió a recordarse en el Ayuntamiento el privilegio de celebrar anualmente corridas de novillos, y se acordó realizarla "como había sido costumbre inmemorial", sin perjuicio de ponerlo en conocimiento del Capitán General del Ejército de los reinos de Valencia y Murcia.
El 13 de julio de 1848, en pleno período de agitación revolucionaria contra los gobiernos de Isabel II, tres vecinos de Villena: José M.`- Reus, Joaquín Navarro y Antero Jorge, solicitaron celebrar tres corridas de novillos los días 13, 14 y 15 de agosto, por ser ésta "una de las más escogidas funciones para la distracción pública tan deseada al carácter español de los vecinos de esta población". Se celebrarían en la Plaza Constitucional, que había recuperado su denominación anterior, y ofrecieron que una parte del producto se destinaría a beneficiencia. Tres días después, el Gobernador Civil del distrito de Alcoy, don Juan Rico y Amat, autorizó la celebración de aquellas corridas.
DIA 4 QUE FUERA 1996
Cedido por... Joaquín Sánchez.
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