La enseñanza primaria en Villena durante la segunda república y la guerra civil. Por FERNANDO COSTA VIDAL
La deficitaria situación de puestos escolares en Villena a finales de los años veinte queda reflejada en que la Sesión Permanente del día 4 de diciembre de 1928 y, posteriormente el Pleno del Ayuntamiento de la ciudad del 10 de enero de 1929, aprueban el proyecto de construcción en el casco urbano de Villena de dos escuelas graduadas, una de cuatro y otra de seis secciones, que irían emplazadas, respectivamente, en un edificio de la Plaza de Rodríguez, propiedad del Ayuntamiento y en el llamado Huerto Real previa expropiación o adquisición en su caso. En ambas construcciones, el Ayuntamiento aportaría las cantidades de 75.000 pesetas para la primera y de 180.000 pesetas para la segunda.
Sin embargo, a mediados del año 1930 no se habían conseguido dichas graduadas para la ciudad, y sobre ellos señalaba el semanario local «Patria Chica» del 25 de mayo de 1930 lo siguiente:
«El actual estado de casi todos los edificios destinados a escuelas, es forzoso reconocer que no reúnen las imprescindibles condiciones que las más elementales reglas de higiene imponen. Esto no lo ignora nadie. Como tampoco se desconoce que, a excepción de la llamada escuela de la Tercia y de la otra, instalada en la planta baja de la Casa Consistorial, el resto de los edificios ocupados son de alquiler, por los que se paga la respetable cifra de más de 3.500 pesetas anuales...
En cambio, con un rutinarismo anquilosado, de verdadero carácter endémico, prosiguen concediendo subvenciones, a todo pasto, a cuantas escuelas de carácter privado hay establecidas o se establecen nuevamente...
Con la cifra que representa el gasto de alquileres, subvenciones —que ascienden a otras 5.000 pesetas aproximadamente—, tenemos que la cifra anual que invierte nuestro Municipio para atenciones de enseñanza, sobrepasa a la cantidad de 10.000 pesetas.
¿Y no es una lástima que con esa cifra de gastos, contando como contaría con la subvención del Estado, que concede la cantidad de 10.000 pesetas por grado para la construcción de escuelas graduadas, no se realice el proyecto apetecido y planteado desde el año 1927?».
Escuelas Graduadas «Ruperto Chapí».
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En esta fecha los establecimientos dedicados a la enseñanza primaria en Villena eran los siguientes:
Escuelas nacionales
1 Unidad de párvulos: 70 alumnos.
4 Unidades de niños: 276 alumnos.
4 Unidades de niñas: 260 alumnas.
1 Unidad mixta en La Zafra: 35 alum-
nos.
1 Unidad mixta en Las Virtudes: 45
alumnos.
1 Unidad mixta en Sierra Salinas: 7
alumnos.
Escuelas privadas
Tradicionalista (niños): 93 alumnos.
Cooperativa Obrera (niños): 80 alumnos.
Dirigidas por órdenes religiosas
La Encarnación: Hermanas Carmelitas (niñas): 278 alumnas.
María Inmaculada: Siervas de Jesús (niñas): 340 alumnas.
Escuelas Salesianas (niños): 287 alumnos.
Total: 1771 alumnos.
En 1931, ya implantada la II República, el Ministerio de Instrucción Pública consideró que en el país eran necesarias unas 27.000 nuevas escuelas para poder atender al cerca de millón y medio de niños que se encontraban desatendidos.
Por ello, el primer año de la instauración de la República fue, con Marcelino Domingo como Ministro de Instrucción Pública y Rodolfo Llopis como Director de Enseñanza Primaria, un año febril de construcciones escolares. Los Ayuntamientos debían proporcionar los solares y prestar ayuda económica para la construcción de los edificios. El Estado contribuiría con una parte, comprendida entre el 50% y el 75% de los gastos de construcción y pagaría los salarios de los maestros.
Escuelas Graduadas «Joaquín María López».
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En nuestra ciudad, una vez posesionado el primer Ayuntamiento republicano, se intensificaron los esfuerzos para conseguir llevar a buen término los proyectos escolares que ya estaban elaborados, con el fin de conseguir una correcta escolarización del censo infantil villenense.
Con fechas del 17 y 22 del mes de julio de 1931 es, por fin, comunicado al Ayuntamiento de Villena por parte de la Inspección de Primera Enseñanza provincial, la creación de dos escuelas graduadas, una de niños y otra de niñas, de cuatro secciones por grado, que no eran los proyectos aprobados en la sesión de 10 de enero de 1929. Se arrienda la casa número 5 de la Plaza de Canalejas y se habilita para ello; graduada que, posteriormente, en la sesión del Ayuntamiento del 30 de agosto de 1933 y a propuesta del concejal José Maruenda Santana, se acordaría denominarle «Grupo Ruperto Chapí».
El primero de los proyectos del año 1929, el de cuatro secciones a ubicar en la Plaza de Rodríguez y por un presupuesto de 113.000 pesetas, es sacado a subasta el día 15 de marzo de 1932 y adjudicada su construcción a Antonio Poveda Quiles, dirigiendo las obras el autor del proyecto, el arquitecto Vidal.
Su construcción se vio interrumpida durante el mes de octubre y su causa fue la petición de ampliación de aulas, a tres secciones de niños y otras tres de niñas.
Las obras fueron visitadas, a finales de diciembre de 1932, por el Director General de Enseñanza Primaria, Rodolfo Llopis, y llegado el 8 de septiembre de 1933, a las nueve de la mañana, se inauguraban estas escuelas imponiéndole el nombre de «Joaquín María López».
Entre las partidas rurales de Villena, el problema escolar en La Encina era acuciante. Aparte de los hijos de ferroviarios que asistían a la escuela que la compañía de ferrocarril tenía instalada, había una población escolar abandonada de unos 109 alumnos de ambos sexos. Por ello, era apremiante la solicitud de una escuela de dos secciones, una de niños y otra de niñas, para este caserío. Así se trató en la sesión del Ayuntamiento del 25 de noviembre de 1931 y, posteriormente, en la del 28 de junio de 1933, consiguiéndose que a finales de junio de 1934 fueran inauguradas las citadas secciones, nombrándose como maestros a Carmen Ruiz Martínez y a Juan Iniesta Cuquerella.
En 1933 se había conseguido paliar, en parte, el problema escolar en Villena al poder ampliar en 416 los alumnos escolarizados y quedando repartidos del siguiente modo:
Escuelas nacionales
465 niñas. 405 niños.
Escuelas privadas
Tradicionalista y Cooperativa Obrera: 150 alumnos.
Dirigidas por órdenes religiosas
La Encarnación: Hermanas Carmelitas:
381 niñas.
96 niños.
María Inmaculada: Siervas de Jesús:
300 niñas.
50 niños.
Escuelas Salesianas: 340 niños.
Total: 2.187 alumnos.
Como consecuencia de la Ley de Congregaciones Religiosas, aprobada por el Gobierno Central en mayo de 1933, se ordenó que las escuelas dirigidas por éstas fueran cerradas a principio de 1934. Ello agudizó el problema escolar; a tenor de la orden, el Consejo local propuso al Ayuntamiento de Villena, en su sesión del 27 de marzo de 1936, lo siguiente:
«1.º— Que se tramite el expediente para la construcción de un grupo escolar de 16 secciones de ambos sexos con arreglo al plano que obra en esta Alcaldía presentado por el señor arquitecto provincial y a propuesta del señor Inspector de 1.ª Enseñanza.
2.°— También es imprescindible se construya otro grupo de otras 16 secciones de ambos sexos para sustituir las ocho escuelas unitarias y las del grupo graduado número 1, que ninguna de ellas reúnen las condiciones pedagógicas ni higiénicas.
3.º— Construir cuatro secciones de párvulos.
4.°— Desdoble de las escuelas mixtas de Las Virtudes y Zafra, convirtiéndose en unitarias.
5.°— Creación de una escuela mixta en el Campo.
6.º— Creación de un párvulos en La Encina.
7.º— Finalmente, gestionar el asunto de la Colonia y Cantina Escolar».
Pocos meses más tarde el inicio de la guerra civil trae consigo la incautación masiva de edificios religiosos. El día 22 de julio de 1936, el Gobernador Civil de la provincia, Francisco Valdés Casas, hacía pública la siguiente orden:
«Vistas las circunstancias actuales, el Gobierno ha acordado incautarse de los edificios que en la actualidad son conventos e iglesias y demás de carácter análogo. El pueblo debe defender dichos edificios que han de servirle en su día para establecer centros de enseñanza, beneficencia y otros».
Carácter de legalidad se le dio a esta orden con el decreto firmado por Manuel Azaña el 27 de julio siguiente, que daba un plazo de cinco días para que los alcaldes procedieran, en nombre del Estado, a la ocupación de aquellos edificios que las congregaciones religiosas tenían dedicados a la enseñanza.
El acta de ocupación, inventario y posible destino posterior que podía darse a dichos edificios sería por cuenta de una Junta creada al efecto en cada capital de provincia, bajo la presidencia del Gobernador Civil.
La correspondiente Junta Provincial de Incautación de Edificios Religiosos se creó en Alicante el 10 de agosto de 1936 y en Villena llevó a cabo las incautaciones de los edificios de los religiosos Salesianos, Carmelitas y Trinitarias con el fin de convertir sus inmuebles en escuelas estatales: la llamada «Nueva Escuela Unificada».
Con el cierre de los colegios regentados por órdenes religiosas, el tema educacional en nuestro municipio adquirió tintes dramáticos ante la necesidad urgente de escolarizar a los alumnos provenientes de estos centros. Por ello, el 29 de agosto de 1936, el Ayuntamiento villenense elevó al Ministerio de Instrucción Pública la solicitud pertinente para la creación de tres escuelas maternales y otras tres de párvulos, al tiempo que pocas fechas más tarde, el 7 de septiembre, el Comité de Defensa Antifascista facultaba a su Comisión de Instrucción Pública para que habilitara las clases necesarias para atender a todos los alumnos en edad escolar y solicitaba al Ayuntamiento que dispusiera de todos los fondos que tuviera destinados para material escolar para, junto a los que serían facilitados por el propio Comité, permitir hacer frente a dicha perentoria necesidad.
Posteriormente, y con el fin de dar una cumplida y total solución al problema escolar en la ciudad, el Consejo Municipal en su sesión del 16 de abril de 1937, acordó solicitar del Estado la construcción por cuenta estatal de un grupo escolar de veinte grados, cuyo emplazamiento tendría lugar en el solar del Huerto Real, expediente que sería aprobado por el Ministerio de Instrucción Pública en el mes de julio siguiente. Por ello, se presta especial atención al proyecto que tenía por objeto urbanizar la zona del llamado Huerto Real, considerando la necesidad de abrir una calle de doce metros que llevaría consigo la expropiación, a más de la parte de esta finca rústica, la del inmueble urbano número 24 de la Plaza de Castelar, obra que supondría una gran mejora para la ciudad; proyecto éste que sería definitivamente aprobado por la Dirección General de Enseñanza Primaria en abril de 1938, pero que desgraciadamente no tuvo su plasmación real.
También las pedanías seguían exigiendo al Consejo Municipal la solución a sus problemas educativos. Tal fue el caso de la partida rural de Las Quebradas, en la que sus vecinos le solicitaban la creación de una escuela para atender a unos cuarenta alumnos de ambos sexos, hijos de trabajadores agrícolas.
En esta tesitura se alcanzó la tan deseada conclusión de la guerra civil. Las aspiraciones del Consejo Municipal de conseguir para la ciudad nuevas construcciones escolares quedaron desvanecidas por el momento.
La ciudad retornó a la situación escolar previa a la contienda. Las Escuelas Salesianas y el colegio de las Hermanas Carmelitas reemprendieron su tarea educativa y al inicio del curso escolar 1939-40, Villena era atendida por los siguientes centros:
Escuelas nacionales
Grupo Escolar «Ruperto Chapí» (8 secciones): 295 alumnos.
Grupo Escolar «Joaquín María López» (7 secciones): 365 alumnos.
7 Escuelas unitarias: 390 alumnos.
1 Escuela de párvulos: 80 alumnos.
Dirigidas por órdenes religiosas
Hermanas Carmelitas: 470 alumnos. Colegio Salesiano: 420 alumnos. TOTAL: 2.020 alumnos.
Extraído de la Revista Villena de 1993
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